Un nuevo comienzo
Prologo
Tras pasar una vida medianamente normal y poco admirable Miguel se dirigía a cumplir su rutina diaria, no noto nada fuera de lo común, caminando a las afueras de su localidad, yendo a su colegio notaba personas con su mismo uniforme ya sean del mismo o diferente grado, no se notaba una gran diferencia para decirlo con claridad.
Pocas de las personas que él podía reconocer, serían los llamados compañeros de clases, dado que estos destacaban con su altura, estando ya en el último grado del bachillerato, caminado siempre por el mismo camino, decidió tomar un pequeño desvió, con el fin de evitar las multitudes de estudiantes, se dirigió por una entrada que pasaba por un parque, mismo era la parte frontal de la entrada a una reserva natural, a pesar de ser un lugar concurrido por las personas, al encontrarse a tempranas horas de la mañana el lugar debería estar vacío. O eso pensó Miguel, tras tomar el desvío con el fin de tener un momento de tranquilidad.
Tras entrar dentro del parque noto algo fuera de lo común, una pequeña chica de cabello negro y ropas del mismo matiz, la rara vestimenta que la pequeña chica vestía no era lo que más llamo su atención, decidiendo caminar más despacio de lo normal para poder percibir por más tiempo la extraña situación, en la que una chica aparentemente más baja que él dado que al estar en una banca y a una distancia equivalente a algunos metros él no podría comprobar.
Ya sea gracias por la suerte el camino que él tomaba, hacia que pasara justo al frente de los bancos donde se encontraba la extraña chica, con el fin de satisfacer su curiosidad olvido su objetivo principal, que era dirigirse a su lugar de estudio. Sus pasos empezaron a ir un poco más lento y tratando de mirar a la chica de manera disimulada para no aparecer un acosador el siguió con el único fin de ver más tiempo y con más detalles aquella extraña situación.
Al haber pasado ya unos segundos, finalmente llego a estar cerca de la extraña chica, misma que se encontraba meciéndose de manera lenta y con la cabeza agachada, él no podía ver su rostro, pero eso no lo detuvo, al estar exactamente al frente de aquella persona, Miguel noto que ella daba unos susurros, el dejo de mirarla al pasar frente de ella para no parecer alguien extraño, pero al escuchar los susurros dados con un tono de voz un poco dulce, aquellas palabras inentendibles por el volumen o la pequeña distancia, por puro reflejo el giro la cabeza para ver directamente el origen de esos murmullos.
Tras haber girado la cabeza los ojos de Miguel se abrieron de la sorpresa, aquella extraña muchacha lo estaba mirando de frente, dado que al fin pudo ver su rostro con detalle él se vio sorprendido por la belleza que ella mostraba, sin haberse dado cuenta sus pies se habían detenido, aparentemente hipnotizado por esa mirada, el dejo de caminar, tras un momento de haber cruzado miradas, la chica giro un poco su cabeza y mostro una linda sonrisa, aquella acción fue la detonante de un pequeño sonrojo en la cara de Miguel, todavía detenido viendo aquella imagen, el no pudo decir nada coherente, tratando de decir un saludo formal, lo único que salió de sus labios fue algo que impulsado por sus nervios sonó aun peor.
Miguel- Bu-bu-buenos di-días
Aquel fallo de saludo fue resultado de sus nervios, dado que a causa de ellos el gaguea al momento de hablar, queriendo que la tierra lo tragara, el decidió girar su rostro y tratar de seguir caminando, tratando de pasar por alto aquel acto digno de vergüenza ajena. Tras dar el primer paso y seguir hacia delante, unas palabras sonaron tras su acción.
Chica desconocida- Buenos días
Ya sea por amabilidad o educación aquella chica le regreso el saludo, el siguiendo con su camino dando la espalda a aquella vergonzosa situación, sin notar aquellos sonidos que siguieron a su acción.
Chica desconocida- finalmente te encontré…
Aquellas palabras dichas con una voz muy baja no llegaron a los oídos de Miguel el cual siguió caminado, sin notar que aquella chica no había dejado de mirarlo.
Finalmente, Miguel vio la salida de aquel parque, pero a solo un paso, el sintió un desgarrador dolor proveniente de su pecho, por puro reflejo, sus manos fueron hacia su pecho adolorido, notando que aquellas manos se tornaban de un color rojizo a causa de su propia sangre, su garganta empezó a humedecerse, la sangre salía de ella tras toser, desesperado sin saber que pasaba, Miguel cayó al suelo. Tras mirar a los alrededores en busca de un salvador noto una pequeña persona parada detrás de él, era la chica de antes, que hacia allí pregunto su débil mente. Sus ojos empezaron a ver borrosos, pero podía notar pequeños detalles que hicieron que se haga aún más preguntas, aquella chica tenía antes esa guadaña, espera ella me ataco con eso, porque me ataco ella. Más y más preguntas pasaban por su cabeza mientras su vida se iba poco a poco.
Un frio enorme llego su cuerpo, luego ya no sentía nada, dejo de sentir el tacto, de un segundo a otro su dolor se había ido, luego una luz cegadora estaba en sus ojos, veía todo blanco, antes de que toda su conciencia se fuera solo pudo oír unas últimas palabras,
Chica desconocida – Trabajo finalizado.