El muy conocido Johann Fausto (Faustus) abandonó la teología para dedicarse al estudio de las artes negras y conjuró a Mefistófeles, el sirviente del Diablo, quien prometió servirlo durante 24 años dándole poder y sabiduría, a cambio de su alma.
Hicieron un contrato escrito que Fausto firmó con su propia sangre. Mefistófeles le concedió numerosos conocimientos ocultos. Fausto se hizo famoso por hazañas como invocar al espíritu de Alejandro Magno y hacer surgir uvas maduras a mitad del invierno.
A los 23 años de firmado el pacto, Fausto se arrepintió pero no podía retractarse, por lo que decidió llevar una vida de libertinaje, pidiéndole a Mefistófeles mujeres hermosas para satisfacer sus instintos.
Cuando se acercaba la fecha en que debería entregar su alma, Mefistófeles le dijo a Fausto que se preparara, ya que el mismo Diablo se presentaría ante él para llevarse su alma.
El día de su muerte, Fausto hizo un anuncio a sus estudiantes de la Universidad de Wittenberg, Alemania. Les explicó cómo vendió su alma al Diablo y que se acercaba la hora en que debería pagar.
Esa noche, los alumnos que se se encontraban en sus recámaras, escucharon como su maestro gritaba "¡Asesinato!" varias veces. Después, todo silencio. Fue hasta el día siguiente cuando encontraron su cerebro y sangre esparcidos en el piso y paredes del vestíbulo. En el patio, sobre excremento de caballo, yacían los restos mutilados del cuerpo de Fausto.