Ella es una loca y por eso la quiero y se quiere.

Su cabello nunca luce perfecto, se ha convertido en una loca.

Ella que jamas había conocido esa palabra.

Que prefiere la cerveza barata, a diferencia de niñitas "ricas" que prefieren un trago de alto renombre.

Un poco despistada, un poco cínica pero directa.

No luce bella pero si se ve en mis ojos lo es.

Llora 2 veces al día, pero su sonrisa y sus lagrimas forman el más bonito arcoiris.

Le gusta el buen sexo así como los libros, ahoga sus penas con un buen trago.

Devaluó un poco el sexo, para creer un poco en el amor.

Ahora después de mucho tiempo ya no se siente mal por no ser perfecta.

Después de todo, mientras se sienta segura de ella misma el resto del mundo "que chingue a su madre".

–Fragmento de: La belleza de los girasoles marchitos, Ron Israel.