LA MEDALLA DE BRONCE
En un gimnasio donde se desarrolla una “Justa Deportiva Nacional” del Judo, hay un participante que se encuentra en un pasillo lamentando su mala racha y sin saberlo, estaba siendo observado por uno de los espectadores del evento.
El espectador (el autor) quien es un hombre ya maduro va donde el judoka y le dice ¡Oye muchacho qué le pasa, se ve muy acongojado! El joven mira al hombre y entre sollozos le contesta “Es que hasta ahora no he podido ganar ni una sola pelea y si pierdo la siguiente me quedo eliminado”.
El señor tomando el joven por los hombros le dice: ¡ Mira mi amigo quieres ganar…..Si o No ! Vamos a ver que podemos hacer. En cuanto a la técnica que se emplea en tono general, ustedes están parejos. No es que el de su oponente es mejor al que usted emplea. Nada de eso. Sólo es cuestión de como se aplica y esto mi querido amigo, depende de ti.
Otro detalle que tienes que tomar en cuenta es el siguiente. SOLO TU, su oponente y el árbitro deben estar en el área de la pelea (el ring). Esa costumbre de estarse acompañado mentalmente por tus familiares, tus amigos y su entrenador como también eso de persignarse implorando alguna ayuda divina o apelando a la suerte deben quedarse, fuera del área de la justa.
Lo único que debe prevalecer en su mente en este instante es, su deseo de ganar a ese rival. Usted tiene que entender que estando ya en el “ring” usted estás a solas y ya no puedes depender de mas nadie sino, a “usted mismo” por tener ante si un contendor cuyo intención e interés también es de acabar con usted sea como sea. Usted tiene que impedirlo cueste lo que cueste y en esto, está la voluntad suya contra la de él por lo tanto usted tiene que dar lo mejor de lo mejor de si. Veremos luego los resultados.
Hora y media más tarde el joven judoka se acerca a su tutor incógnito con algo en la mano y con voz vibrante le dice ¡ Maestro, mire lo que me gané (enseñándole una medalla de Bronce)….. Si no fuera por usted no lo hubiera ganado! Muchas gracias maestro, muchas gracias.