A principios de este año, Estados Unidos aplicó aranceles a las importaciones chinas por 250.000 dólares, y así empezó “la guerra comercial”, un conflicto en el campo económico mundial que ascendió a medida que fue transcurriendo este año 2018.
La justificación norteamericana al tomar esta medida, reside en el déficit de la balanza comercial bilateral con el país asiático. Lo calificó como una “necesidad” para su país. También, hizo alusión al comercio desleal y robo de propiedad intelectual que le genera a EE. UU pérdidas aproximadas de 300 millones de dólares.
China respondió: acusó a Donal Trump de “extrema presión y comportamiento extorsionador”, y advirtió que contraatacaría. Así comenzó un ciclo de suba de aranceles mutuos entre las dos economías más grandes del mundo.
Dentro de los sectores a los cuales china aplicó gravámenes se encuentra en primer lugar, con casi el 91%, el sector agrícola. También el sector automovilístico y en menor medida, carbón y petróleo.
A partir de Julio, numerosos productos chinos comenzaron a ser un 25% más caros para el consumidor norteamericano. Esto incluye productos tecnológicos como chips semiconductores, los que son ensamblados en China y son necesarios para productos del día a día, como televisores, computadoras, celulares y vehículos.
También una gran variedad de productos desde plásticos a reactores nucleares. Pero, según el Instituto Petersen de Economía Internacional, más de un 90% de los productos que se verán perjudicados por los aranceles estadounidense están hechos de productos intermedios o bienes de capital: es decir, son productos que se necesitan para hacer otro tipo de productos.
Esta modalidad “ojo por ojo, diente por diente” de la mano del proteccionismo, genera incertidumbre en las empresas, por lo que la cautela y la espera de una mejora en el panorama puede ralentizar la economía, disminuir el crecimiento de las economías domésticas, como así también de la economía mundial.
Queda esperar. Este 30 de noviembre, en el marco del G-20, Donal Trump y Xi Jinping mantendrán una reunión bilateral en Argentina. Trump espera poder negociar con China y llegar a un acuerdo, siempre y cuando se produzca un cambio esencial en las demandas realizadas por parte de EE.UU, como por ejemplo, las reformas en la política industrial China. Del mismo modo, en el marco de la cumbre APEC, el mandatario chino expreso que, en las guerras, sea cual sea su modalidad, nadie sale vencedor, y apeló al dialogo y la consulta como mecanismo para solucionar diferencias.
Fuentes:
Wikipedia
BBC Mundo
El Cronista