Hoy quiero compartir con esta linda y creativa comunidad algo muy propicio para hoy día domingo. Día perfecto para reflexionar y prepararnos para el lunes, un día realmente maravilloso aunque muchos no lo vean así.
Hoy en día vivimos en una burbuja de estrés, preocupaciones, depresión y de muchas cosas pendientes por hacer. Osea, no vivimos en el presente, en EL AQUÍ Y EL AHORA. Nos pasamos pensando en que es lo que debemos hacer y en que dejamos de hacer, y sin darnos cuenta se nos van pasando los días y las horas en eso, ni nos imaginamos el tiempo tan maravilloso que perdemos. No vemos realmente las cosas maravillosas de la vida, la gente, los paisajes, la naturaleza, no disfrutamos ni de una taza de café, no degustamos de la comida, comemos por comer. En realidad parecemos robots, más que seres únicos y maravillosos.
Es aquí a donde voy. Antes de saber cual es el mejor trabajo del mundo, debemos comenzar a conocernos
y hacernos esta pregunta: ¿Que es lo que harías sin que no te pagaran un solo centavo? Es ahí cuando conozcamos la respuesta correcta, cuando logramos conseguir nuestro mejor trabajo del mundo. Queda claro que lo que es el mejor trabajo del mundo para mí, no quiere decir que el tuyo sea el mismo.
No tienen ni idea de lo grandioso y gratificante que es el hacer lo que realmente nos gusta hacer, trabajar y hacer las cosas con pasión y amor, no solo nos traerá muchos beneficios, si no que también, nos alejara y nos sacara de esa burbuja donde nos encontrábamos.
Ya las preocupaciones, las depresiones, el estrés y las cantidad de cosas negativas que traen consigo, realmente se irán y cuando digo que realmente que se irán es porque se irán. Comenzaran a abrirse muchas puertas en el camino, que traerán mucha abundancia y bendiciones en nuestras vidas, pero para eso es muy pero muy importante aprenden a confiar en nosotros mismos y darnos la oportunidad de emprender y amarnos.
Recordemos que todo lo que se hace con amor he inspiración, maravillosas cosas traerán.
No se cómo, solo se que hay algo que sabe más que nosotros y que traerá lo correcto y perfecto a nuestra vida. Dios o como lo quieran llamar, nos ama y debemos dar permiso para que actué en nosotros, recuerden que el nos da libre elección. Dejémonos guiar por él, por la divinidad y vivamos EL AQUÍ Y EL AHORA.
Dejándonos fluir con la vida es que realmente lograremos lo que tanto queremos y viviremos mas felices con todo el sentido de la palabra, FELICES.
Lamentablemente, una vez que
obtenemos las cosas materiales
nos damos cuenta que el vacío está
todavía allí, que no tiene fondo.
— Eckhart Tolle
El Poder del Ahora
Aquí les dejo un regalito que conseguí para ustedes por Mabel Katz , es una oradora, autora y líder de seminarios internacionalmente aclamada y reconocida como autoridad principal de Ho’oponopono, un antiguo arte hawaiano para conseguir una mayor claridad en los objetivos y para vivir y trabajar más eficaz
Espero haber contribuido aunque sea un poquito, y por lo menos haber sembrado una semillita para que crezca en ustedes un poquito de curiosidad para que vayan en búsqueda de una vida más plena y paz espiritual, besitos. Los quiero!
TU TIENES EL PODER DE VOLVER A COMENZAR
Cuando me separé de mi marido después de veinte años
de matrimonio, me fuí con lo que llevaba puesto. Ni
siquiera me llevé a mis hijos. El padre quiso quedarse con
ellos. Yo tenía la certeza de que podía salir adelante sola y me
sentí agradecida y contenta de tener la oportunidad de volver a
empezar. Por otra parte, a esa altura de mi vida había aprendido
que la felicidad no está en lo material y que no necesitaba
tener posesiones. Al contrario, cuanto menos tuviese, más
libre sería.
Una amiga sugirió que nos fuéramos a vivir juntas
para poder buscar un lugar más amplio y lindo. Me pareció
una buena idea, y así fue que encontramos una casa bellísima.
Nunca imaginé que llenaríamos los requisitos necesarios para
alquilarla, pero en ese momento, como demostramos tener dos
ingresos, fuimos aprobadas.
Dos días antes de firmar el contrato de alquiler, mi
amiga me llamó y dijo que había cambiado de idea y que se
iría a vivir a Arizona. De inmediato llamé a la agente de la
inmobiliaria para pedirle que pusiera el contrato a mi nombre,
diciéndole que yo sería la persona responsable. Ella no tuvo
problema en hacerlo porque ya me conocía.
Al poco tiempo de firmar el contrato de un año y
mudarme a la casa, me empezó a llegar trabajo de todas partes
y pronto me di cuenta que podría pagar el alquiler sin problema
y no necesitaba compartir mi casa con otra persona.
Ocho meses después de mudarme, el dueño de la casa
me llamó y dijo que deseaba vender la propiedad. Me explicó
que, como sabía que me gustaba tanto la casa, me daría
prioridad, pero que si no estaba interesada, en septiembre
tendría que marcharme.
Por supuesto que yo deseaba comprar la propiedad y
quedarme allí, pero ¿con qué? No tenía dinero para el pago
inicial, y como soy contadora, sabía muy bien que no poseía
los requisitos necesarios para conseguir un préstamo. Mi
intelecto me decía que empezara a empacar, pero algo en mi
interior decía que ésa no era la mejor opción. En ese momento
me dije: “Si Dios considera que éste es el lugar para mí, Él me
conseguirá el préstamo, porque yo no sé cómo hacerlo”. Yo
sabía que tenía que hacerme a un lado y dar permiso. Lo mejor
era desapegarme, confiar y entregar el asunto al universo.
Dos personas que me habían dicho que podrían
ayudarme desistieron durante el proceso. El contrato de
alquiler se venció y no conseguí el préstamo, así que tuve
que llamar al propietario para decirle lo que estaba pasando.
Decidí que en vez de preocuparme por lo que le diría y por
cómo haría para convencerlo, me entregaría a la situación con
confianza y fe. Así fue que lo llamé, le expliqué y sorprendente
me contestó: “Bueno, Mabel, en realidad éste no es buen
momento para poner la propiedad en venta. Te voy a extender
el contrato. Escribe una prórroga, mándamela por fax y la
firmaré”.
Finalmente, resultó ser que ni siquiera tuve que llamar
a la persona que me consiguió el préstamo. ¡George me llamó
a mí para ofrecer su ayuda, y antes de que se venciera la
prórroga me consiguió el préstamo! ¡Gracias George!
Cuando dejamos de apegarnos al resultado y
preocuparnos por las situaciones, abandonamos la necesidad
de opinar y pasar juicio, tomamos conciencia de que no
sabemos nada y nos entregamos y aceptamos el proceso de
la vida, por fin ahí experimentamos el fluir de la vida donde
todo sucede y nos llega de manera más fácil. Dios nos ha
puesto en la tierra con todo lo que necesitamos. Si miramos
a nuestro alrededor notamos que todo lo creado por Dios es
infinito y abundante. Sólo las creaciones humanas son escasas
y limitadas. Los pájaros vuelan despreocupadamente sabiendo
que encontrarán lo que necesitan para comer ahí nomás, cerca
del lugar donde se encuentran.
Manifestar aquello que deseamos requiere mucha FE y
una gran CONFIANZA. El universo sólo necesita que demos
ese primer paso. Si confiamos y damos nuestro permiso, todo
lo que necesitamos viene a nosotros. Lo importante es saber
en el corazón (y no en la cabeza) que Dios proveerá y confiar
cien por ciento. Cuando creemos que no estamos recibiendo
respuesta a nuestros pedidos o no vemos los resultados, no
es porque no somos oídos. Muchas veces pensamos en Dios
como si fuera nuestro sirviente y le exigimos lo que queremos,
explicitando cómo lo queremos, de qué forma, qué color y a
qué hora. No es así como funciona el universo. Es necesario
pedir sin tener expectativas, solicitar aquello que pensamos es
correcto para nosotros y desapegarse. Dios nos da lo que es
correcto y perfecto en cada momento. El secreto es CONFIAR
y soltar, dejarnos llevar por la corriente de la vida y estar
abiertos a recibir del lugar y la persona que menos esperamos.
Nunca dudes de que Dios (Amor) proveerá lo que necesitamos
en el momento perfecto. Siempre lo hace.
Nuestro problema es que tenemos expectativas,
queremos las cosas por anticipado y somos muy impacientes e
inflexibles. No nos damos cuenta que todo lo que necesitamos
viene de una Fuente única que sabe perfectamente qué es lo que
necesitamos, cuándo y cómo. Pensamos que nosotros somos
los que creamos las oportunidades a través del trabajo, nuestros
esposos o nuestras inversiones, pero estos son diferentes
caminos y vías por las cuales se manifiestan. Cuando una
puerta se cierra es porque otra se abrirá automáticamente.
Lo peor que podemos hacer cuando aparece un
problema es preocuparnos. Al hacer esto, nos estancamos,
quedamos atrapados y acabamos atrayendo más de aquello
que justamente no deseamos. Somos como imanes: Dime
lo que piensas y te diré quién eres. Es de vital importancia
vivir en el AHORA. Nos pasamos la existencia viviendo en
el pasado con nuestros recuerdos y experiencias o en el futuro
con nuestras preocupaciones. El dinero, al igual que todo lo
demás, llega cuando lo necesitamos, no antes ni después. Sólo
es necesario abrir nuestro corazón y CONFIAR.
Alguien alguna vez me contó la siguiente historia: Una
mujer salió de su casa y vio a tres ancianos de barbas largas
sentados frente a su jardín. Como no los conocía, les dijo: “No
creo conocerlos, pero tal vez tengan hambre. Por favor entren
a mi casa y coman algo”. Ellos preguntaron: “¿Está el hombre
de la casa?” “No”, respondió ella, “no está”. “Entonces no
podemos entrar”, dijeron ellos. Al atardecer, cuando llegó el
marido, la mujer le contó lo sucedido y él dijo, “¡Diles que
he llegado e invítalos a pasar!” La mujer salió a invitar a
los hombres a entrar a su casa. “No podemos pasar los tres
juntos”, explicaron los ancianos. “¿Por qué?” quiso saber ella.
En ese momento, uno de los hombres señaló hacia los otros
dos y dijo: “Él se llama Riqueza y él Éxito. Mi nombre es
Amor. Entra y decide con tu marido a cuál de nosotros tres
desean invitar”. La mujer entró a su casa y le repitió la historia
a su marido. El hombre se puso feliz. “¡Qué bueno! Ya que
así es el asunto, invitemos a Riqueza. Dejemos que entre y
llene nuestro hogar de abundancia. La esposa no estuvo de
acuerdo. “Querido ¿por qué no invitamos a Éxito?” La hija del
matrimonio, que estaba escuchando la conversación desde la
otra punta de la casa, vino corriendo con una idea: “¿No sería
mejor invitar a Amor? Entonces nuestro hogar estaría lleno de
amor”. “Hagámosle caso a nuestra hija”, dijo el esposo a su
mujer. “Ve e invita a Amor a que sea nuestro huésped”. La
esposa salió y les preguntó a los ancianos: “¿Cuál de ustedes
es Amor? Deseamos que él sea nuestro invitado”. Amor se
puso de pie y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros
dos ancianos se levantaron y lo siguieron. Sorprendida, la
mujer les preguntó: “Sólo invité a Amor. ¿Por qué vienen
ustedes también?” Los ancianos respondieron al unísono: “Si
hubieras invitado a Riqueza o Éxito, los otros dos hubiesen
permanecido afuera. Pero invitaste a Amor, y donde sea que
vaya Amor, nosotros vamos con él”. Donde hay amor, hay
riqueza y éxito.
El dinero no es malo, al contrario. Lo malo es darle
prioridad. Cuando hacemos las cosas por dinero, todo parece
difícil, viene y se va rápido y se nos escapa de las manos.
Debemos encontrar aquello que amamos hacer, algo que nos
da felicidad y satisfacción y que estaríamos dispuestos a hacer
aunque no nos pagaran. Todos nacemos con ciertos talentos
y dones naturales únicos. Hay algo que podemos hacer mejor
que ninguna otra persona. Es algo que tenemos adentro nuestro
y que no necesariamente precisa de un título universitario.
La abundancia y la prosperidad tienen que ver con
nuestra conciencia. Cuando sabemos quiénes somos, sabemos
que ya tenemos todo lo que necesitamos. En ese momento,
ya somos ricos. Al abrir nuestro corazón y confiar, damos
permiso para que todo se manifieste en nuestras vidas.