Estuve meditando un poco el fin de semana, y me di cuenta de lo mucho, pero mucho que me gustan mis vecinos. Me refiero a que, en el tiempo que llevo viviendo en la misma residencia que son como 18 años o así, siempre hay un vecino que me mata.
1. El amor de mi vida: desde pequeña solía jugar en su casa... con su hermana, evidentemente. Era el hermano "bobo" que no queríamos que se incluyera en el juego. Obviamente, conforme crecimos, extrañaba esos momentos en los que estaba interesado en jugar conmigo. Ahora él está graduado, trabajando en otro país y disfrutandose la vida. Sigue igual de bello, lo amo y lo extraño. Somos algo así como conocidos, aunque su madre y la mía quieren casarnos desde que tengo uso de razón y sentido de la vergüenza.
2. El de varios pisos abajo: evidentemente varios años mayor que yo, estudiando arquitectura en la universidad más cercana, vivía alquilado allí con su familia y era tan hermoso que dolía... Mi hermana y yo presumimos que es gay, pero igual es bello.
3. El de dos residencias más allá en la misma calle: sinceramente yo lo conocí cuando estaba pequeña y años más tarde por una hermosa casualidad, nos enteramos nuevamente de nuestra existencia que vivíamos a 500 mts de distancia. Es ingeniero mecánico, super simpático e hincha del Real Madrid (como yo pues). Se mudó a Madrid (obvio, no?) y con él si me hablo más. Su madre vino a visitarme en estos días y creo que le caigo bien... Me dijo que esta soltero y sin compromiso, que le eche los perros pero no se... eso no se me da bien. Pero sigue siendo hermoso
4. El vecino de intercambio: aunque fue por poco, ese hombre estaba como él quería. Alemán al fin. Se pasó como 6 meses viviendo en la misma residencia y siempre me veía horrible y recién levantada en las mañanas con el uniforme del colegio. Amor a primera vista, sin duda.
5. El sobrino de la vecina: él era ese niño flaco, moreno y feo con el que aceptas jugar en la piscina pero hasta ahí. Hasta menor que yo es (por un año pero es hombre). Conforme fuimos creciendo, nos frecuentabamos un poco más ya que mi hermano empezo a hacerse muy amigo de él y él se fue haciendo muy amigo de los amigos de mi hermano, pero seguía siendo el muchacho bobo al que no le das ni la hora. Por motivos de la vida, todos nos empezamos a graduar del bachillerato, cada uno tomó su camino, él se fue para Estados Unidos y al volver, no se si era yo que estaba pasada de copas o cómo pero estaba más guapetón. Una cosa lleva a la otra y de repente nos volvimos muy amigos y algo más, nada muy importante pero si algo más. Ahora él se encuentra fuera trabajando, seguimos en contacto constante y aún me gusta un poquito, no demasiado pero poquito, y creo que aún le gusto pero ya lo averiguaré cuando vuelva #EsperandoAndo
¿Les ha pasado algo así? ¡Haganmelo saber! No creo ser la única... ¿o sí?