La Venezuela de ayer
Elaborado por @Lisliana
Primeramente quiero explicar quienes eramos antes de llegar a lo que conocen hoy.
Mi pueblo era un país alegre, lleno de oportunidad y no solo para los de nacimiento dentro de su frontera, sino también para quienes la hacían suya, muchos extranjeros la aman como si esta fuera su tierra, tuvimos algunos años malos o de políticas gubernamentales que tomaron malas decisiones, pero también una gran época en la cual, todo lo que se emprendía, daba resultado, con ser constante, sin dejarse vencer, luchando día tras día, se era capaz de tener una empresa, negocio o un simple establecimiento en el futuro y una vida prospera, a pesar de esto, nunca se puede compara con lo vivido hoy.
Los niños tenían la oportunidad de soñar, ya que con perseverancia y desde el apoyo a la calidad, se podía tener acceso al estudios universitarios públicos y aquello que no contaban con el rendimiento escolar, hacían carreras en universidades privada, estudios técnicos o cursos en el ínce u otro tipo de organizaciones, que a comparación con otros países podían ser accesibles, con el sacrificio de los padres y del mismo estudiante, por ello nuestro país contaba con una gran cantidad de profesionales, técnicos y personal muy bien preparados.
A su vez, eramos una tierra, fraternal, porque se daba la bienvenida a quien llegara, no importaba quien fueras, eras tratado como familia, al llegar a cualquier casa te ofrecía el café, un toddy o incluso la cervecita, sin faltar la pregunta, ¿ya comiste? y no terminaba de decirte, ya tenias tu arepita ful papiada o llena de perico, queso, carne desmechada o cualquier cosa que tuvieran en el momento, hasta en casa más humilde, siempre tenían algo que ofrecer. Desde el viernes comenzaba la vida social, la compra de las cervecitas "vamos hacer una vaca"* o hoy la pago yo y mañana tu, reunir dinero entre todos para un fin, o comprar para hacer parrillar, un hervido u otra comida, siendo la excusa perfecta para reunir amigos o familia e incluso ir a la playa o a recorrer Venezuela el que podía hacerlo con la disponibilidad de tiempo, dinero o vehículo y sobre todo en vacaciones.
En diciembre las parrandas eran lo más común, grupos de personas que con un cuatro y otros instrumentos improvisados se paseaba por todas las casas de las comunidades, cantando villacincos venezolanos y algunos que no eran tanto. En cada casa que llegaban, los invitaba a comer algo y a tomar ponches o bebidas de la época, la escondida del niño Jesús, tradición que se hacía en los estados andinos era lo más esperado por los niños y el 24 era toda una experiencia, con una mesa llena de alimentos en la cual no podía faltar la rica hallaca o el inigualable pan de jamón, el pernil de cochino y la ensalada de pollo cocida, para espera el 31 y después el día de reyes en algunas casas, todos en unión, familia, vecinos, amigos, el estrenar ropa, algo común de esta fecha y el pintar todas las casas, otras de tantas.
Las Leyes se cumplían, aunque siempre hubo algunos vacíos, uno u otro corrupto, pero nada alarmante, el ser militar era muy bien visto y respetado igual que el policía, un agente de confianza, bueno tenia sus excepciones, los presos tenían sus debidos procesos y la salud publica y privada era de calidad, aunque en la primera con alguna deficiencia, pero se contaba con ella, ir a una farmacia con la certeza de conseguir todos los medicamentos de la receta, era algo seguro y a un supermercado en día de quincena era un gusto, se podía comprar sin ver o calcular los precios, llevar variedad e incluso para darte gusto con algo diferente o dulce.
Un pueblo, que no dejaban de utilizar las normas de cortesías, el buenos días o sencillamente el dar las gracias era lo más común, desear cosas positivas e incluso dar la bendición, palabras que eran parte del vocablo de todos. De lo malo y de lo bueno se hacían chiste, siempre la risa era parte de nuestro día a día y dependiendo de la región una grosería algo común.
Así como esto muchas cosas más, nada era perfecto, pero definitivamente no somos como nos conocen afuera e incluso de lo que somos hoy y tengo la certeza que seremos mucho mejores.