Amamos a nuestros perros. En esos días malos sólo queremos que alguien corra hacia nosotros como si no nos hubiera visto en años. A veces, ellos son más humanos que los mismos seres humanos, y no nos hacemos problemas si quieren dormir en nuestra cama; incluso, somos capaces de irnos al sillón para que él se sienta más cómodo. Es raro, lo sabemos, pero así es el amor.
Cuando una persona entra a tu casa y te dice que saques al perro, el primero en irse es ESA PERSONA.
jajajajja