En navidades, mi madre tiene el hábito de organizar un belén-pesebre y un arbolito lleno de lucecitas, nuestra hija extrañada que nosotros no conservemos esa tradición, cierta noche nos reclamó. Vamos a dar un paseo en el auto -le dije y conversamos del tema- Eran los primeros días de diciembre, e iniciamos a ver la iluminación de las calles, promovida por la alcaldía local; quedamos maravillados con estos efectos marinos a las orillas de la vía.
Entonces recordé a Salvador Dalí cuando dijo: “Me interesa mucho más hablar, o estar en contacto con la gente que piensa lo contrario de lo que yo pienso, que de los que piensan lo mismo que pienso yo” hice la analogía con nuestra hija y le dije; en adelante veremos muchas iluminaciones navideñas diferentes, observaremos variedad, en cambio si lo hiciéramos en casa, siempre veríamos lo mismo, a los días, no nos asombraremos de nada nuevo. -Prometimos ver un alumbrado diferente cada noche-