Una extraña mujersteemCreated with Sketch.

in manueel •  8 years ago 

Encuentro con el diablo

Francisco era un joven de mala fama. A pesar de que su padre fue una persona muy respetada en el pueblo, él era considerado un tipo indeseable y vulgar; que siempre ocasionaba problemas a su angustiada madre. Era muy común encontrarlo a altas horas de la noche en cantinas de mala muerte, acompañado por personas de dudosa reputación. Derrochando el poco dinero que había quedado para él y su madre en bebidas, mujeres y apuestas.

Uno de tantos días salió de su casa, no sin antes recibir las advertencias de su ya muy cansada madre -incapaz de controlarlo-, de que debería tener cuidado con sus noches de farra, puesto que un día podría aparecérsele el diablo. Francisco ante esta advertencia, simplemente sonrió, pareciéndole infantil y absurda, y azotando la puerta de la entrada salió de la casa pensando en lo mucho que se divertiría esa noche.

Llegó a una cantina, y sentándose en una mesa con otros hombres, comenzaron a jugar cartas. Pasó el tiempo rápidamente, entre partidas y copas. Cuando Francisco había ganado varias manos, como nunca antes había ocurrido, los hombres decidieron retirarse antes que perder lo poco que les quedaba. Francisco, bastante pasado de copas y con su bolsillo lleno de dinero, -pero no satisfecho con todo lo que había ganado esa noche-, comenzó a retar a los ya muy pocos ebrios que quedaban en la cantina. Pero nadie le hacía caso. Así que lanzando maldiciones decidió regresar a su casa.

Caminaba tambaleándose mareado, y tratando torpemente de tararear alguna canción por una calle empedrada, hundida en penumbras y un sepulcral silencio. Entonces la voz de su madre recordándole la advertencia que le había dado antes de salir de su casa, resonó en su cabeza: -“…ten cuidado porque en una de esas se te puede aparecer el diablo”-. Francisco comenzó a reír estruendosamente, diciendo para sí mismo que el diablo no existía; que era un invento para asustar a los niños, exclamando palabras altisonantes ofendiendo y retando al demonio para que se le hiciera presente.

Mientras Francisco caminaba todavía alcoholizado, escuchó los lastimeros aullidos de los perros alrededor. Un fuerte y frió viento comenzó a correr por todo el pueblo, agitando las ramas de los arboles. Francisco sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo. Más aún cuando percibió un penetrante olor a azufre. Su sorpresa se hizo mayor, cuando comenzó a escuchar el crujir de una vieja carreta, y los cascos de dos caballos, que pasaban a su lado.

La visión no sería extraña en el lugar ni la época, pero hasta para Francisco fue muy poco común. La misteriosa carreta daba la impresión de ser muy vieja; la madera y las ruedas se veían bastante desgastadas y de un color inusualmente oscuro. Los caballos, -ambos de color negro- eran cadavéricos y de aspecto lúgubre. Pero lo más impresionante era el conductor de esa misteriosa carreta: un hombre corpulento, vestido totalmente de negro con un pequeño sombrero que cubría sus ojos. Francisco sentía miedo por aquella carreta y su ocupante, pero no podía dejar de mirarla; observó que las manos que llevaban las riendas de los caballos eran huesudas y con unas uñas muy largas. Levantó la mirada para observar el rostro de aquel hombre, y como sí él sintiera la mirada de Francisco, también volteó a mirarlo.

Francisco sintió desfallecer al haber visto ese rostro, y jamás pudo describirlo, puesto que cada ocasión que llegaba a este punto de la historia, la angustia y el temor lo invadían. Lo único que se puede decir es que después de haber protagonizado esta historia, juró a su madre alejarse de todos los vicios.

Authors get paid when people like you upvote their post.
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE STEEM!