Sobre La Metamorfosis, de Franz Kafka

in metamorfosis •  7 years ago  (edited)

Gregorio Samsa ha despertado de un sueño intranquilo… No es el mismo de siempre, ha cambiado su fisonomía. Nuestro personaje ha sufrido una metamorfosis…

Franz Kafka nos presenta una obra en donde el personaje, de súbito, ha experimentado un cambio significativo en sus humanas características, ha despertado convertido en una suerte de insecto anómalo y evidentemente desagradable.

La metáfora de Kafka es, en efecto, fantástica; el personaje ha dejado de ser normal para brindarse asquerosamente repugnante ante los demás. Encerrado en su habitación se va dando cuenta de su estado, su nueva condición, su cuerpo ha mutado en un ser ahora irreconocible, su condición ha dejado de ser humana para exponerse asombrosamente diferente.

Samsa vivía con su familia, y sus esfuerzos mucho ayudaban a mantener las básicas pero vitales demandas del hogar. El asombro se hace presente en estos, sus familiares, quienes desconcertados no entienden en un principio el hecho de que Gregorio no salga de su habitación para cumplir con su faena y obligaciones diarias. Dicho encierro es la consecuencia de una sensación de asombro propio ante un aparataje corporal el cual no domina puesto que en su inmediatez desconoce cada una de sus partes.

En un primer intento se dan cuenta de lo ocurrido enfrentándose a semejante transformación de lo que era antes uno de la familia, quien ahora presenta una imagen inhumana y pavorosa, la cual no puede menos que infundir un inevitable resultado: el asco y el repudio.

El desconcierto impera, el rechazo se hace una consecuencia ante semejante cambio, y los familiares inquietos no saben qué hacer ante tal situación. La hermana de Gregorio se compadece y día tras día intenta ayudar a su hermano transformado, puesto que éste no pretendió, al menos en un principio, salir de su otrora habitación convertida en una asquerosa consecuencia su nueva realidad.

En algunas ocasiones Gregorio pudo salir de su habitación para luego volver a escondidas; en algunas ocasiones Gregorio añoraba aquel cálido hogar ahora convertido en un peligro inminente para él. Poco a poco se fue acostumbrando a su nueva e inexplicable circunstancia. Kafka atribuye a la actitud cooperadora y el valor de la hermana de Samsa una “juvenil inocencia”, que luego también se transforma en una decidida sentencia de acabar con aquello repulsivo que afectaba a la familia. Es curioso que quien se brindó más empática terminase siendo quien persuadiera a los demás familiares…

Así Kafka nos presenta una ventana más de la condición humana, la de la ingratitud y el desprecio ante un cambio desfavorable. Gregorio era querido mientras se brindaba en su condición naturalmente normal, pero ante su desgracia se brindó asqueroso, repugnante, repulsivo. Así una situación en extremo precaria puede infundir el más inhumano rechazo ante un ser antes cercano.

Cabe preguntarse si la reacción de la familia fue más inhumana que la coyuntura de Gregorio. Cabe preguntarse si Kafka pretendía persuadirnos a la empatía. A considerar una situación desfavorable y repentina como muestra de una sensación de, no solo rechazo, sino asco en los demás. Gregorio Samsa ya no era el mismo y por tal razón sufrió el rechazo. Los infortunios que acontecen a las familias se entrevén en esta intención de Kafka para recordarnos que la solidaridad no siempre estará como un disponible pues en todo momento debe imperar el orden de las cosas.

Aquello distinto, aquello anómalo a lo cotidiano es una nota discordante. Aquella desgracia solo podría evitarse antes que corregirse. En un escenario aparentemente fantástico el autor de esta novela nos revela que ante un suceso desfavorable la mejor opción era deshacerse de eso que se brindaba ajeno a la casa, a lo normal, a lo habitual, al correcto devenir del día a día…

Así desaparece la pena para enfocarnos en las bondades de la belleza y la normalidad. La familia Samsa deja a un lado la desgracia para mirar hacia delante en un mundo alejado de lo divergente, de lo no productivo. Lo autoritario sucumbe ante lo empático dejando morir lo que no se brinde acorde a nuestros intereses, lo que no se apegue a nuestra concepción de lo estético y lo establecido.

En otras interpretaciones a la obra, se analiza a un Gregorio Samsa desprovisto de conocimiento para dominar su nueva transmutación como metáfora de una sociedad que no ha sabido operar con destreza la maquinaria de un mundo industrializado. En tal sentido se bordean los imperativos de un escenario burocrático en donde el proletariado pudiese brindarse repulsivo amén de su despertar transmutado. Queda relegado entonces como fenómeno este personaje, que lejos de ser un bicho en cuestión, es un ente o más bien un conglomerado de intentos fallidos, imanadores de la repulsión de aquellos que antes se beneficiaban de sus esfuerzos.

La intención de esta novela tal vez sea el esbozo de una característica más en nuestra condición humana; tal vez sea la coyuntura de un cambio social en un despertar industrializado, o tal vez sea la sombra del sentimiento coyuntural de Franz Kafka ante el mundo, su mundo y cómo éste le observaba… Las interpretaciones quedan a juicio del lector, quien deberá pensar si alguna vez estuvo en una situación en la que se prestase dueño del asco o antagónicamente víctima del repudio en un escenario en donde la decisión fuese un imperativo en ambas direcciones.

¡Bravo Kafka!Metamorfosis.jpg

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