La décima para mí es algo natural, ya que desde niño las vengo escuchando de mi padre; antes de aprender a leer y a escribir, ya me sabía gran parte de la historia de Venezuela, en décimas.
Tanto en la narrativa como en la poesía no planifico el tema sobre el que voy a escribir (como normalmente se usa en la novela). Es decir, que comienzo a escribir guiado por una pulsión interna que, como dice el mexicano Octavio Paz, "me lleva a la otra orilla" y caigo en vacíos que se traducen en palabras.
En el caso particular de la décima, la rima sale como una campana, aunque sé que no solamente es importante la rima sino que el verso debe tener belleza o como decía mi padre: "El verso debe versar, no solamente rimar".
Para este concurso, estaba muy pendiente de la parte final, por la chispa y la gracia que exigen, pero creo que los personajes que escogí me hablaron al oído y juntos nos divertimos mucho.
Para él mis versos van
Su gracia no tiene fin
Buen cantante, bailarín
El pícaro de Tin Tan
La razón, pues, me darán
El asunto no se acaba
Me dicen que si filmaba
Bailando la cucaracha
apretaba a las muchachas
Y a toditas las besaba.
Él actuaba y dirigía
Era un chiquito galán
Lucía siempre Tin Tan
Su natural alegría
Mexicano de valía
Eso siempre lo noté
Cosa igual yo no veré,
De risa yo me moría
Cuando bailaba movía
Con ritmo "el que te conté".
Amigo, yyo soy sincero,
En México sí hay belleza
Pero de tanta grandeza
yo me quedo con Lucero
Le compraré yo un velero
Un brillante y una copa
Arroz chino y mucha sopa
Un libro para que lea
Además una batea
pa' que me lave la ropa.
Este concurso cierra mañana; aún tienes tiempo de participar aquí el enlace
Se te ve como pez en el agua, decimeando, por definirlo de alguna manera, y no sé yo si habrá algo de Tin Tan detrás de bastidores que maneje los hilos del talento, que no es fácil componer y menos haciéndolo como un portento. Te deseo mucha suerte en el concurso. Abrazos, pana
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