Aquí está mi participación al concurso semanal de microrrelatos de @boheme. En esta ocasión les traigo la segunda parte. Si les interesa, vayan al siguiente enlace: https://steemit.com/microrrelatos/@boheme/concurso-microrrelatos-7-1000-anos-despues-del-armagedon-el-vaticano-segunda-parte
Todos lo recuerdan. Nada se salvó luego del apocalipsis, ni siquiera el Estado del Vaticano. Sin embargo muchas historias se contaban entorno a esta ciudad perdida por el caos. Se decía que los Matusalén, los salvadores del mundo, querían erigir un nuevo Vaticano bajo sus propias reglas, una nueva religión. Nadie sabía con veracidad si la información era correcta, mas los rumores se habían extendido por mucho tiempo por las sombras.
Mientras espiaba al seguidor del imperio sintió un mal presagio. Aquella esfera de luz emanaba una calidez indescriptible, incluso a esa distancia podía sentir que era muy importante. La joven seguía andando despacio, seguía a aquel tenue halo con la mirada perdida, vacía. De repente, como tragada por la oscuridad de la noche, desapareció sin dejar rastro. La mujer que hasta ese momento se mantenía en pie, se desplomó en el suelo. Ahogó un grito de sorpresa. El hombre oculto por sus atavíos tomó el cuerpo que sin duda alguna estaba sin vida, empezó a enterrarlo. No había testigos de aquel crimen, únicamente un hombre asustado y confundido por lo presenciado, los grillos que cantaban entre los pocos matojos que cubrían los alrededores, y la Luna.
Intentó olvidar lo sucedido, se repetía que ese no era asunto suyo, así que lo mejor era olvidarlo. No obstante, tenía pesadillas por las noches, sueños feroces que le quitaban las ganas de dormitar en su campaña. Los días que pasaron se volvían una tortura, mas algo extraño ocurría. Los rumores se acrecentaban. Un día simplemente todo empeoró. Ya no podían ocultar que las personas desaparecían, y él sabía la verdad. Cuando el emperador salió para hablar, mencionó al Vaticano. Habló por horas de lo que había sido y confirmó los rumores. Querían erigir sobre ese mismo sitio un Estado, pero para hacerlo necesitaban de todos ellos. O más específicamente, de sus almas. Los seguidores del imperio rodearon a todos los sobrevivientes para que ninguno escapara. El emperador siguió explicando. Reveló entonces que su procedencia no era la Tierra, sino un lugar remoto del universo. Fue entonces cuando él supo que todos estaban perdidos, no habían alabado por tanto tiempo a su salvador, sino todo lo contrario.
