LOS TÍTERES ENTRISTECÍAN CON LOS ASTROS
Nelson, el marionetero, hacía con sus muñecos cosas infinitas. Los hilos después de tantas funciones, de tantas maravillas, se convertían en la vida misma, en un telar de sueños del mismo Dios. Era militante de izquierda, un soñador y enamorado de mujeres inalcanzables. Se instalaba en algún barrio de Maracaibo y su espectáculo era solar. El barrio Cardonal era su aposento. Me integró a sus actividades, siendo yo estudiante de matemáticas, me gustaba ese voceo de casa en casa, anunciando algún espectáculo en el horizonte, caminábamos junto a sus marionetas que eran el real atractivo. Cardonal, cuántas leyendas, cuánta poesia íntegra en las miradas que las han poblado. El espectáculo seguía, mi guión esperaba ser encarnado. Diálogo de títeres con guitarras y sombreros; hasta que anocheció, se robaron los sombreros y los títeres entristecían con los astros