Existía un hombre que debía por obligación enfrentarse a diario con uno de sus grandes temores: el mar, el hombre cuya profesión podría ser otra, habia decidido ser pescador, no por que le agradara la brisa del oceano en su rostro, si no, por que siendo un pueblo pesquero, este oficio era el mejor cotizado, y cualquier esfuerzo es mínimo cuando de dar el pan a la familia se trata.
Los días se convirtieron en meses y éstos en años, y aunque nunca supo nadar, siempre daba lo mejor de si cada vez que salía a pescar. Sin embargo cierto día se embarco un nuevo miembro de la tripulación, y en una noche tormentosa donde el barco se movia de forma violenta, el nuevo miembro cayó al mar, obligando a nuestro hombre a tomar una díficil desición: salvar la vida de su compañero a costa de la suya ó hacer caso omiso de la situación y luego llorar al muerto.
Muchas veces la vida nos pone en una situación díficil, y pensamos que quizás no podremos superar cierta situación, pero estoy seguro que Dios tiene un plan especial para cada uno de nosotros, ustedes que piensan? debería el hombre salvar al novato, o ser complice silente de su muerte?