¿Deberíamos preocuparnos por el dinero en efectivo?

Quizá muchos de vosotros habéis escuchado que existe una fuerte inflación delante de nosotros y que hay que conservar el valor de lo que tenemos a través de invertir en productos reales. Entre ellas lo más fácil parece ser, invertir en metales preciosos. A continuación voy a mostrar como se ve la situación y por qué es mejor tener algo más tangible que el efectivo.     

EL BANCO CENTRAL Y SU MAGIA.   

El banco central es una institución realmente mágica. Crea dinero de la nada. Para entender mejor la situación podríamos imaginarnos el siguiente ejemplo:  Digamos que el soberano, presidente, monarca o secretario general del partido atribuye un privilegio a una institución. Este privilegio consiste en imprimir dinero que no tiene cobertura alguna (dinero tal como lo conocemos hoy día). El que obtiene este privilegio, escogerá a sus mejores amigos, amigos de sus amigos o personas cercanas por cualquier motivo y les ofrecerá funciones en su institución. Estas personas obtienen un poder extremo. ¿Por qué? Porque no hay otra institución que pueda crear dinero de la nada. Todos tienen que vender algo en el mercado, ofrecer servicios, etc. Para obtener dinero por su trabajo. 

El banquero central no necesita hacer nada para tener dinero. El banquero central hará solamente estas cosas:   1. Se compra papel y tijeras. 2. Vas imprenta más cercana. 3. Imprimes en el papel comprado imágenes de personas importantes y números con varios ceros. 4. Cortas los papeles en partes más pequeñas y a estas se les denomina como billetes. 5. Pondrá este dinero como “salario” por el trabajo para el país. 6. Va con el “dinero nuevo” a la tienda y se podrá comprar tantos coches, licores, ropa cara, etc... como le permita el “valor” de estos billetes.    ¿No os gustaría este negocio? ¿Producir un dinero que no cuesta casi nada? Pues no es posible que lo haga cada uno. Si cada uno de nosotros pudiera crear dinero, nadie trabajaría. Todos imprimirían dinero y se irían a hacer las mejores compras. ¿Pero, exisitirían algunas tiendas? ¿Trabaría alguien? Difícilmente. Vivir como un banquero central, no tiene nada en común con una empresa normal. No se crea ningún valor. Solamente se parasita en detrimento de la sociedad.

 El banco central es una institución con licencia para falsificar dinero. Mientras que el falsificador de dinero está perseguido por la ley y por el estado, al banquero central se le guarda un respeto sin límite.    ¿Os parece todo sacado de quicio? En realidad no es tan fácil, porque sería muy difícil defender este sistema delante de la sociedad. Pero… ¿Cómo se ve la actividad de los banqueros en nuestra realidad?   1. El banquero central no compra papel, ni tijeras. Por el dinero que imprimió antes constituirá una institución especial: “La imprenta nacional”. Esta insitución se paga con el dinero que se imprime. Sin embargo, hoy día, el nuevo dinero ni siquiera se imprime. Solamente se cambian números en las cuentas. 2. El banquero central no necesita ir a la imprenta. Todo se arreglará a través del teléfono y el correo electrónico. 3. Hay una comisión especial que decide quién será representado en los billetes. Aquí se da opción también al público para que decida quién saldrá imprimido en los billetes. Se trata nada más que de una ilusión, para que otros tengan la sensación de que también tienen derecho a la creación de la moneda. A un banquero central no le importa en absoluto quien salga en los billetes. 4. El banquero central formará un departamento especial cuyos miembros son pagados por el dinero imprimido. Estos especialistas ajustarán los billetes con elementos de filigrana, cintas metálicas,... para asegurarse de que otras personas no puedan falsificar el dinero fácilmente. 5. Una vez imprimido el dinero de esta forma, el banquero central no se paga solamente a sí mismo. Este dinero lo reparte a todos sus empleados y socios en el banco central. 

Este dinero se presta a los bancos comerciales y cuando los bancos comerciales pierdan aliento, el banco central dejará de prestarles dinero, sin embargo, los salvará con dinero imprimido directamente. Incluso presta a algunas compañías y hasta a varios empleados. Pero sobre todo le presta al estado, que decidirá gastar más dinero de lo que recaudó en los impuestos. Por todo esto recibe intereses y goza de la merced del estado que le atribuye este privilegio mágico.   

Y podemos continuar... Para que todo se vea “importante” y “necesario”, los socios del banquero central, producen muchos estudios llenos de gráficos en colores que “explican” la necesidad de una política estabilizadora. Muchos de ellos enseñan en las escuelas (sobre todo en las escuelas licenciadas por el estado) donde reciben los grados científicos. El estado vigila estos privilegios e inventa penas para los que cuestionan el privilegio del banco central.   Además hay muchos lobbies importantes defendiendo a los banqueros. Y nos podemos imaginar que el banquero central no quedará sin recompensa al salvar cualquier banco comercial por el dinero que él imprimió.    Bueno, ahora ya sabemos quién es el responsable del dinero en efectivo y sabemos que puede abusar de su valor, como no lo puede hacer ningún comercio y ninguna actividad. Ahora echemos una mirada directamente al efectivo, y sepamos qué está pasando con éste.