Seis lugares del mundo donde morir es ilegal (o poco recomendable)
La muerte es inevitable, pero en algunos lugares del mundo, morir puede traer problemas legales o logísticos. Estos son seis lugares donde morir es ilegal (o poco recomendable) por diversas razones.
Biritiba-Mirim, Brasil: En 2005, el gobierno de esta ciudad propuso prohibir la muerte debido a que el cementerio local estaba completamente lleno y las criptas comenzaban a ser compartidas. Además, el alcalde argumentó que los ciudadanos tenían una “atención sanitaria deficiente”, lo que los hacía más vulnerables a la muerte. Sin embargo, la ley aún no se ha aprobado y no se ha construido ningún cementerio nuevo.
Lanjarón, España: En 1999, el alcalde de este pueblo español de unos 4000 habitantes prohibió la muerte. La razón fue que el cementerio del pueblo también estaba lleno y el gobierno no concedía terrenos para ampliarlo o construir otro. El alcalde explicó que esta ley era su respuesta “humorística” a los políticos que le instaban a encontrar una solución rápida a un problema de larga duración.
Sellia, Italia: En 2015, el alcalde de este pequeño pueblo italiano de 537 habitantes emitió un decreto que prohibía a los residentes enfermarse o morir. El objetivo era combatir el envejecimiento y la despoblación de la zona, incentivando a los habitantes a cuidar su salud y visitar al médico regularmente. El decreto establecía multas simbólicas para quienes incumplieran la norma.
Sarpourenx, Francia: En 2008, el alcalde de este pueblo francés de 260 habitantes prohibió la muerte a menos que se tuviera una parcela reservada en el cementerio. La medida se tomó después de que el gobierno rechazara su solicitud de ampliar el cementerio, que estaba saturado. El alcalde amenazó con sancionar severamente a los infractores.
Longyearbyen, Noruega: En esta ciudad noruega situada en el archipiélago de Svalbard, morir no es ilegal, pero no hay opciones de entierro. Los residentes con enfermedades terminales son trasladados a Oslo para vivir sus últimos días. Esto se debe a que los cuerpos de los ciudadanos que murieron durante la pandemia de gripe de 1918 no se han descompuesto debido al permafrost y se teme que los cadáveres aún contengan cepas activas del virus.
Itsukushima, Japón: Esta isla japonesa es conocida como “Isla Santuario”, ya que en ella se encuentra el santuario del mismo nombre, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Para mantener la pureza de la isla, desde 1878 están prohibidos los entierros (y, por tanto, las muertes) y los nacimientos: las mujeres embarazadas deben retirarse a tierra firme cuando se acerca el día del parto, al igual que los enfermos terminales o los ancianos cuya muerte es inminente1. Esta costumbre se originó tras la batalla de Miyajima en 1555, cuando el comandante victorioso hizo trasladar los cuerpos de las víctimas a tierra firme y ordenó limpiar el campo de batalla de la sangre derramada, hasta el punto de que se desalojaron los edificios y se retiró de la isla el suelo empapado de sangre.
Estos son solo algunos ejemplos de lugares donde morir puede ser un problema legal o social. Sin embargo, hay otros casos similares