Para finalizar en el paseo temático y la reflexión de todo su conjunto, sólo me queda decir que la música como expresión artística no refuerza, crea o insta actitudes y aspectos ya sean individuales o colectivos, sino que podrían ser un reflejo de los mismos, como también podrían no serlo. En conclusión; la realidad es muchísimo más compleja que un juicio superficial desde el desconocimiento, por ende; no se le puede atribuir a rasgos generales ninguna responsabilidad a la música, o a los géneros musicales, como responsable o causante de actos o pensamientos en sus escuchas. Y peor aún, no hay motivo para juzgar a ajenos por contar con gustos contarios a los nuestros, no existe forma en que escuchar algo te haga más o menos inteligente, así que hay que invitar a esas personas a ubicarse dentro del plano lógico del debate, a evaluar los precedentes históricos y reales para que dejen de usar la música como instrumento en el que se posan para juzgar desde su propia ignorancia.
Sobre el "elitismo musical" | Precedentes, evolución del género y el clasismo camuflado.
Para empezar; muy en lo personal, la base del sentimiento elitista es el propio desconocimiento, ya sea histórico, social o lógico. Incluso cuando se abarcaba más el significado de elitismo en tiempos en que la música pertenecía a una élite social y económica, ya existía en la misma el desconocimiento de su propia historia. Lo que hoy conocemos como "música clásica" tiene en realidad un orígen profano, nació -como la mayoría- en las danzas y cantos populares.
Ni siquiera la aristocracia de la Edad Media hasta el siglo XIX, sabía que la música por la que pagaba altas cantidades de dinero para escuchar, y que le creaba distinción de su entorno, bebía y se alimentaba directamente de costumbres de la plebe en el pasado. Y es una historia que se repite constantemente, el único cambio en la actualidad es que la base del elitismo no es económica, sino una intelectual y racial.
Hoy en día, sobre la estructura que nos dejó la supremacía musical occidental de los compositores europeos, existen un sin fin de géneros y estilos, pero se repite lo mismo que con aquella aristocracia del pasado.
A finales del siglo XIX ya existía el jazz, nacido en una minoría afroamericana que se aferraba a la poca identidad culturar que les dejaban tener por ser esclavos de élites burguesas en Estados Unidos, fue por mucho tiempo un género y estilo musical marginado por su procedencia. No fue sino hasta mediados del siglo XX que se comercializó y globalizó, influyendo y creando así una familia de géneros y formas musicales por todo el mundo, pero mantiendo sus raíces afroamericanas y parte de su identidad.
Sin embargo; a pesar de sus inicios, hoy en día existe un elitismo intelectual al rededor del jazz (como familia de géneros) en base a la complejidad que podrían tener algunas de sus obras. Basados en la concentración que amerita escuchar algunos temas, existen personas que afirma allí su nivel de inteligencia o sapiencia, y se regocijan en esa superficialidad para -desde lo más alto de su arrogancia e ignorancia-, juzgar y denigrar a terceros por sus gustos, o directamente a otros géneros musicales, incluso a estilos más bailables dentro de la propia familia de jazz.
La historia se vuelve a repetir con el Rock y los géneros que compone, denigrado en su momento por su "simplicidad musical", hoy unos 70 años después de su nacimiento es visto como la cúspide de la música contemporánea y significado de intelectualidad por ciertos grupos de personas, que por supuesto (y para volver al primer párrafo), les encanta vivir en el desconocimiento.
Hoy (y en los últimos 20 años), como un ciclo del que parecemos no salir, el ojo del huracán está sobre los "géneros urbanos". Nacidos en comunidades negras (al igual que el jazz) y latinoamericanas en su búsqueda de identidad y espacios en un mundo en el que directa o indirectamente se les oprime -en distintas medidas, pero con la misma intención-, sufren y padecen la marginación de su música no sólo por cuestiones intelectuales, sino que se le suma un tema de racismo y clasismo muy por detrás. Todo esto último porque la gente -en su desconocimiento- ligan a los géneros urbanos (y a las comunidades afroamericanas y latinoamericanas) directamente con la delincuencia, el crimen organizado, y un largo y peyorativo etcétera.
Vuelvo y repito; la base de todo está en el desconocimiento. La pésima hilación, el uso de falacias, lagunas mentales, predisposición cultural, y racismo y clasismo estructual son algunas de las razones específicas para que existan estos prejuicios. Se asumió que comunidades en desventaja social y económica, con escasas oportunidades de éxito y con pocos espacios, están ligandos a la delincuencia y con tendencias al crímen de forma intrínseca, negando sus causas y atribuyéndoles estas características como si fuese algo propio de las susodichas, como si formara parte de su naturaleza.
En base a ese clasismo, racismo y en algunos casos mera xenofobia, la gente le atribuye causalidad a la correlación. Meditando desde una falacia argumental (específcamente; "cum hoc ergo propter hoc") algunos grupos de personas, se sienten facultados para hacer juicios erróneos, todo para mantener su status quo mental en el cual están privilegiados intelectual, social y culturalmente.
Cuando llevan eso al plano musical, salen a flote los juicios de "superioridad" entre géneros y estilos, de paso agregándole sus propios prejuicios, lo cual nos lleva a una ola de desconocimiento en el que la gente margina música ajena, ya sea por razones netamente estructurales por cómo está compuesta y las características de la misma (elitismo musical), o por motivos raciales, de clases o sociales.
¡Excelente! Keep 'em coming
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Mejor dicho imposible, excelente post Vicente.
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