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Este verso, prosa y/o narración la escribió un viejo amigo o un amigo viejo, paisano de mi pueblo.
By Miguel Hernández
Muchos venezolanos relacionan a los adultos mayores con gente sin voluntad de lucha, sin deseo para contribuir al desarrollo de la Patria. Además, algunos opinan que los viejo y las viejas somos un estorbo.
Asumo hoy la defensa de los viejos, de la alegría, el optimismo. La juventud más que una etapa de la vida, es un momento del espíritu.
Quiero aupar a los hombres y mujeres que entienden que los años van pasando como algo natural, que vienen las canas y las arrugas, pero que los deseos de vivir se multiplican, levantando la familia con dignidad y con orgullo, así somos los venezolanos. No permitimos que nadie nos ofenda, al margen de la condición humilde que mostremos, somos de la estirpe de Bolívar, de los libertadores.
Quisiera llegar a la vejez para conocerla de cerca. Así somos de orgullosos. Tenemos más de 60 años y somos enemigos de quienes nos tratan con compasión. La solidaridad y la comprensión al adulto es una cosa y la lástima no la aceptamos jamás.
Los adultos y las adultas mayores debemos ser enemigos del pesimismo, porque esto nos conduce a ser considerados como mendigos dignos de lástima. El optimismo nos convierte en seres autosuficientes al margen de los años y las calamidades naturales que vienen aparejadas con la edad.
Nunca permitimos que nadie nos desprecie. Que ninguna discapacidad funcional nos exponga al escarnio de los demás, están bien equivocados.
Todo lo que hacemos tiene que estar inspirado por la alegría, porque somos un manantial de esperanzas para contribuir a la formación de la Patria que merecemos, bien peleada, no queremos dadivas sino justicia social.
En cada instante de nuestra vida pensemos como Julius Fucik: “He vivido por la alegría y por la alegría muero, que nunca la tristeza sea unida a mi nombre”.
Nunca tengamos un doble discurso, seamos auténticos, demostremos siempre la posibilidad de dar más, somos guerreros de la vida que no damos ni pedimos cuartel. El hermano Ernesto “Che” Guevara nos enseñó a predicar con el ejemplo, no hay otra alternativa.
Gracias! por leerme
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