Muchas veces juzgamos a personas por condición física, por su elección de religión y hasta por su afinidad sexual.
Cuando la gente juzga se olvida que de cada ser humano independientemente de como sea o su forma de pensar, es una persona como cualquier otra que tiene sentimientos y que también sabe lo que es el dolor.
Muchas veces criticamos a alguien porque le gusta una persona de su mismo sexo, y olvidamos el lado humano, esa persona también siente.
Pienso que en este mundo todos somos iguales y todos merecemos el mismo respeto.
Luchemos por un país libre de denigración.