A veces, odiarte es la única forma que tengo de darme un respiro de ti; de centrarme en mí y revisarme: ver mis raíces, palpar mi tallo, alisar mis ramas, pulir mis hojas, preparar mi savia… Si no te odiara algunas veces, ¿cómo podría disponer mis botones, endulzar sus corolas y perfumar sus pistilos para que Tú vengas a retozar en mis primaveras? ...
Retraviezo