EN TORNO A LOS CUIVAS (IMAGEN DE LA PORTADA DEL LIBRO LUGAR COMÚN LA MUERTE DE ALFAGUARA)

in p •  7 years ago 

Tomás Eñoy Martínez publicó su libro "Lugar Común la Muerte", en una edición de Monte Ávila Editores en 1979, y ha tenido diversas ediciones en prestigiosas editoriales españolas y latinoamericanas.   El libro es "de un placer informativo y de conociminto del acaecer humano en los límites del desastre o de la muerte", como lo señalara un comentario de la contraportada de la edición inicial de Monte Ávila.  Mi texto está inspirado en esta lectura.   

                       NOTA INTRODUCTORIA


En el prólogo al libro antológico "Imágenes de Humbolt", dice Oscar Rodríguez Ortiz:  Resulta aleccionador que en todas estas tierras sin memoria se mida y se necesite seguir midiendo la magnitud del fenómeno Humbolt".


Es triste señalar que nuestros pueblos no tengan, una memoria histórica que permita entrever con exactitud  y belleza, todo el legado espiritual de nuestros ancestros.  Alfonso Reyes, es más severo al hablarnos en su ensayo "Visión de Anáhuac" , de la irremediable pérdida de la poesía india mexicana;  podríamos añadir también la pérdida de muchas tradiciones precolombinas, que nos hacen mirar desvalidos la memoria cultural de nuestros antepasados.  Incluso en la actualidad, existe un empecinamiento, por borrar los pocos vestigios que quedan de esta cultura. Ha sido como una mala herencia heredada de los primeros conquistadores.  Tal es el caso de nuestros indios Cuivas, una de las pocas tribus nómadas que quedan en los territorios colombos-venezolanos.


Un sigiloso aniquilamiento ha rondado su historia.  Un aniquilamiento tanto espiritual como humano.  


El espiritual lo señala Tomás Eloy Martínez , cuando dice "Los misioneros le desmantelaron una bella mitología que imagina a los seres humanos como semillas de pájaros y supone que los cuerpos en la tierra tienen en el cielo un cuerpo gemelo:  que hay otro sol, cuyo viaje se detiene por la mañana, en el corazón del firmamento, y otra luna que en la mitad de la noche rueda hacia la cueva donde el sol está oculto". El humano se hace presente en los continuos asesinatos contra ellos cometidos, por los que ven en los Cuivas la representación del mico y de la plaga milenaria.  Es curioso que Julio Verne los citara en el Soberbio Orinoco, como "asesinos certeros" y monstruos desalmados".  Ya venía el estigma contra esta raza primitiva. 


He querido mediante un ciclo de poemas, hacer reminiscencia de algunos aspectos de la mitología cuiva, como también recrear el exterminio en la Riviera, contada magistralmente por el prosista argentino Tomás Eloy Martínez en su libro "Lugar Común la Muerte". La crónica, unas veces poética, otras de un realismo que desarma, toca el tema de asesinatos colectivos, realizados por terratenientes y peones de una hacienda llamada la Rubiera a orillas del río Capanaparo en el estado Apure en Venezuela.  Fueron asesinados con disparos y machetes alrededor de quinientos Cuivas (originalmente llamados jiwi, es decir hombres), entre ellos mujeres y niños.  Lo terrible es que los personajes que participaron en esta matanza, siempre lo consideraron una hazaña, sin ningún gesto de arrepentimiento. Es difícil revertir una imagen desvirtuada sembrada durante años como la que expresa el utópico Julio Verne sobre los jiwi.  Claro, un escritor trabaja con fuentes, y fue el explorador Chaffanjon  que le remitiera esta visión sobre la tribu. 


Una vez estuve en el Orza, en fecha cercana a sus fiestas patronales, y me contaron una historia sobre ellos:  "Los Cuivas, para casar un venado en la inmensa llanura, los persiguen distribuidos en espacios de longitud equitativa, hasta ocasionarle el cansancio y por lo tanto la muerte".  Estas reflexiones me han llevado a encontrarme conmigo mismo y con la poesía que "canta a la flor madre de la sonrisa" como bellamente lo expresa Alfonso Reyes, a pesar del simbólico destierro que me asedia todavía. 


POEMAS A LOS CUIVAS

Mi mitología

es hermosa

como la mitología

del pájaro

vine al mundo

a ser semilla

esencial

homólogo

de cuanto cielo

persigo los olores

de las plantaciones

lunares

soy dos lunas

dos soles

una sola muerte

en una sola vida 


II

Los misioneros

me enseñaron 

la lección

flechar todo

lo que sea

                  sueño

desenterrar todo

lo que sea

                 semilla

así seré plaga

que palidece

bajo el árbol

animal

en vuestras cacerías


III

Mi homólogo

es la muerte

cuando cayó 

nuestro sol

mi madre

lo decía

soy mico

errando en las 

alturas

mi comida

es semilla de

primitivos 

pájaros

mi muerte

semeja los picos

de la luna


IV

                                        "La muerte vendrá un día 

                                           a quitarme toda maldad"

Me invitaron

al festín

a olvidar mi

esclavitud pasada

los niños entonaban

el canto de la

gente

somos gente

decían en su 

corazón de hambruna

nos rodeo la muerte

borro toda

maldad



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