Un breve silencio basto,
Tan solo una pausa,
Y una mueca de desdén,
Solo eso fue suficiente,
Para no volverte a ver.
Esos dos detalles,
Me dijeron que no me querías,
Que a lo mejor,
Todo fue,
Una fingida amistad.
Fui un ciego que no vio,
Que confundió tu amabilidad con amor,
O tu cortesía con algo más.
Algo que en el fondo quería,
Que llegara a ser,
Y quizás por esas ansias,
Falle en mí cavilar.
Ahora me queda mirar,
Como mi ilusión se desvanece,
Como mis teorías se disuelven en la nada,
Convirtiéndose,
En un sinfín de disparates.
Solo huellas en la arena,
Solo hojas en el suelo,
Como lo que esparce el viento,
Como lo que arrastran las olas.