Dicen que el costo de los buenos momentos es extrañar, lo cual es terriblemente cierto... Cuando cierras los ojos y recibes un beso que te hace flotar no piensas en lo doloroso que será cuando (tarde o temprano) esos besos sean de otra persona.
Nos aferramos a olores, sentimientos y sensaciones aunque sabemos que son efímeros porque no hacerlo sería vivir como un zombie, creemos que no habrá fin y que todo será recompensado, disfrutamos al máximo cada momento sin prever que un día estaremos pasando una calle y un perfume nos recordará eso que creímos enterrar entre almohadas llenas de llanto.
Vale la pena no disfrutar los momentos que nos hacen suspirar sólo porque luego la nostalgia nos cobrará amargamente? No, la vida se mide por los instantes que nos dejan sin aliento y sin ellos nada tiene sentido, así que mira por la ventana, respira profundo... Ya verás como ese olor volverá a ti para hacerte sonreír...