Es pequeño, pero cómodo. Claro, sí eres de las personas que no se cansan de estar en la misma posición por mucho tiempo.
Es un sitio acogedor, digo: es como la cama de hospital en la que estuve por última vez... Es hasta cierto punto relativamente pequeño a pesar de que si me quiero mover puedo hacerlo. Lo estoy pensando en mi perspectiva cuando soy yo la persona que está adentro. No es lo mismo a cuando ves a la persona ahí dentro y piensas: wow le quedó como anillo al dedo.
Pero dudo mucho que me siga importando un pepino después de algunos minutos más aquí adentro. Después de todo estoy paralizada y sólo puedo tener abiertos los ojos, mientras escucho como la pala sigue echando tierra sobre mí ataúd.
Malditos narcóticos.