Foto desde el piso 50 en una de las Torres de Parque Central en la Ciudad de Caracas, Venezuela.
Saludos!
En mi artículo anterior les comentaba que en este espacio compartiría con ustedes una diversidad de temas a fin de dialogar y entre todos generar lazos y nuevos conocimientos a partir de vivencias, anécdotas y reflexiones surgidas a partir de la "universidad de la vida" como diría mi abuela...
Hace unos días, Andrés Díaz me preguntaba: "... ¿En esta sociedad la armonía sólo es posible conseguirla estando sólo?"
Mi respuesta inmediata fue “No estoy de acuerdo” y seguí: “habría que preguntarse ¿qué es armonía? Y según entiendo armonía es equilibrio entre varios elementos, por tanto, si se habla de varios elementos, (entendiéndonos nosotros también como elementos), entonces en soledad no tenemos armonía. La armonía es que dos o más elementos diferentes se relacionen y se complementen, ya que al reconocer las diferencias y aceptándolas es posible alcanzar la armonía”.
Seguidamente me preguntó ¿eso existe en esta sociedad? E inmediatamente respondí que no. Lamentablemente, el modelo de civilización que nos ha sido impuesto a lo largo de estos años ha moldeado una sociedad llena de miedo, infelicidad y egoísmo que muchas veces se manifiesta a través de prejuicios que son fáciles de apreciar en los refranes y frases de la vida cotidiana tales como: “Nací sólo”, “Mejor sólo que mal acompañado”, “yo puedo sólo” son frases que se internan en nuestra mente, y que luego llevamos a nuestro accionar cotidiano y muchas veces de la peor manera, pasando sobre el otro, -entiéndase otro como: hombre, mujer, perros, gatos, aves (sí, porque los animales también son seres que merecen todo nuestro respeto). Y salimos a la calle, en total desequilibrio, muy ansiosos por cumplir nuestros objetivos y nos llevamos a un señor por el medio, empujamos a una señora, pisamos al perro, pateamos al gato… y así transcurre nuestra vida, en total desarmonía.
Pero ojo, y quiero hacer hincapié en esto –No en su Totalidad-, porque en pequeños grupos si encontramos verdadera armonía y equilibrio.
Para ello sólo hay que observar a la naturaleza, detenerse a ver como los pájaros juegan en las ramas de los árboles, como las plantas reaccionan al recibir el rocío de la mañana, ofrecido por la tierra o como una planta se posa sobre el agua conviviendo en total quietud. Estas son pequeñas muestras de armonía que podemos apreciar en la ciudad. Sólo basta conectarnos con la naturaleza para sentir está maravillosa energía, así como lo hacen las familias en el campo y las comunidades originarias.
Foto tomada a la laguna Venezuela, perteneciente al Jardín Botánico de la UCV (Universidad Central de Venezuela), en Caracas.
Mientras respondía esta pregunta pasaba por mi mente uno de los principios de vida que más me ha marcado, éste principio nace en los pueblos originarios de Los Andes, y se trata del siempre estar dispuesto a dar y a compartir y por lo que en estas comunidades no es posible pensarse desde el Yo pues, es desde el diálogo entre 2 o más el que permite el crecimiento de la comunidad y la conservación de la vida.
Luego de hacer esta reflexión caigo en cuenta de que estamos atrapados en una gran contradicción y somos víctimas de ese lenguaje heredado de la modernidad. Por lo que se hace necesario dar un vuelco a nuestra vida, abrir nuestra mente y sobre todo SENTIR.
Foto tomada a las 7am en La Ciénaga, bahía perteneciente al Parque Nacional Henri Pittier, ubicado en el Estado Aragua, Venezuela. (Una experiencia maravillosa)
Quise acompañar esta reflexión con estas bonitas imágenes que tuve la oportunidad de capturar desde distintos lugares de mi país y que me trasladan a momentos de plenitud y armonía total con la naturaleza...
Nos seguimos leyendo...
Feliz día!