todavía celebro que me manden a dormir
-a la camita con topo gigio- soy sincero y mi cariño
jamás tendrá doblez, si contigo me peleo
en dos minutos jugamos otra vez”
-Voz de trueno, poemas-del-alma.com-
Aquella mañana, vísperas de navidades estaba bañada por la nieve, Joan jugaba con su pelota de rebote cerca a la posada donde se hospedó la familia. En uno de los rebotes la pelota hizo un giro rápido llegando a caer dentro del porche de la casa que estaba al lado, de inmediato el chiquillo busco una rama caída, para alcanzar la pelota y halarla.
La rama resultó corta, Joan metió su manito, pero no alcanzó la pelota; de inmediato se abrió la puerta de la casa y una señora ya mayor, salió y sonrió; le alcanzó la pelota, Joan le dijo: ¡déjame darte un abrazo en gratitud y por navidades! La señora abrió la puerta del porche y se agachó lentamente, a la vez saco una cajita de su bolsillo y le entregó algo.
Pruébalos se llaman pistachos sonrientes; si te gustan mañana te comparto más. Joan le dio un tierno beso en la arrugada mano de Carolyn, como dijo que se llamaba. La madre observó la bella escena de amor e inocencia. Joan corrió a donde su mami, para hacerle saber que había hecho una amiguita en la casa de al lado. Tomó uno de los pistachos, pero estaba durísimo.
Mami quiso saber qué era lo que se había llevado a la boca, él le mostró unos 6, pues no tenía más; ¡uhy! que afortunado eres, son pistachos, pero debes de sacarlos con cuidado de la cáscara o envoltura natural, cogió uno y con una cuchara dulcera, le enseño como hacer el proceso. Al chiquillo le encantaron, compartió uno con mami y uno con papi.
Tan pronto despertó al otro día, corrió con papi a saludar a Carolyn y a pedirle más pistachos; ella le dio otros 6, discúlpame no poder darte más, mi hija sólo me da 30; me hacen bien para el vientre perezoso y para bajar los números altos del colesterol, además que tienen otros nutrientes muy benéficos para mi bienestar, como proteínas.
Partió triste Joan por lo que escuchó; dijo a mami que ya no quería el Superman, que mejor le comprara una caja grande de esos pistachos tan ricos y nutritivos; él se quedaba con la mitad y la otra la llevaría de navidades a Carolyn. ¡Listo trato hecho! Fueron al supermercado y había cajas pequeñas, mami compró 2; una para Joan, otra para la señora.
Vieron paletas bañadas con frutos secos; todos comieron y Joan rogó para llevarle una a su amiguita; el padre vió tanta ternura en su hijo, que no pudo negarse. Al llegar, Joan arrancó y abrió la puerta del porche de la casa, y para su sorpresa, vio a su amiga acompañada; ¡ah, conque tu eres Joan! ¿Quién eres? Soy Linda hija de Carolyn, con permiso-dijo- Joan…
…Y le entregó la paleta a su amiga. Sólo por ser navidad dejó que la disfrute, le dijo Linda; ella sólo debe tomar 30 gramos diarios de pistachos, avellanas o almendras; por eso solo le entregó 30 pepitas cada día; para que el exceso no le haga daño. ¡Joan recibió dos tiernos abrazos de sus nuevas amigas, aquella fría tarde de navidad!
¡Saludos apreciados Steemians, les deseamos una fin de semana lleno de gratos encuentros; hasta pronto, reciban nuestro cálido abrazo virtual!
Fotografía: @azabacheclaro, @cheysanta
Redacción: @hermandadsteem
Colaboración: @jayjes, @criollos-steemit