Leticia
I
El calor se funde con las sombras del camino en el horizonte del desastre,
apaciguados por la formula tranquila de las luces que desatan la melancolía, en venas
y corazones de caminantes que han sobrevivido a las heridas del desastre.
II
Hay una fuerza que agita los cuerpos y las vidas de aquellos destinados a la
ausencia, a la desconexión de los agazapados sentidos que salen de las horas hacia un
abismo indefinido.
III
Aquella esperanza que desaparece en la curvatura del inminente mensaje de la
muerte, advenimientos de este y otros mundos que levitan entre el terror y la penum-
bra.