Palmeras de hojas verdes
se mueven con el viento,
que viene soplando fuerte
dentro del mar adentro.
También vienen las olas
encrespadas y alzadas,
que quieren llegar muy pronto
antes de la madrugada.
Llegar y revolcarse
sobre la arena mojada,
y dorarse con el sol
para quedar bien bronceadas.
Y también la espuma blanca
porque siente ya el calor,
y lo que quiere muy pronto
es darse un buen chapuzón.
El sol las abraza a todas
esperando se despierten,
y así entregarles la vida
y que pronto se calienten.
Y ya mojada la arena
sobre la playa desnuda,
empieza a sentir calor
y se evapora en figura.
Se antoja tenderse en ella
y acariciar su textura,
y revolcarse en sus olas
para que de su tersura.
Y disfrutar de su sal
que es la sabía divina,
que revive a todo el mar
y también fauna marina.