Hoy mi mamá tiene un dolor que quisiera cesar con magia. Su espalda le arde y no puede caminar.
Ella le dice estrés, que solo necesita amor.
Pero aún así,
Mi mamá está llorando, y quiere tapar su dolor. Cocinó comida extravagante para todos, y nos bendició.
Le dijimos que descansará «mamaita, es tu día, déjanos celebrartelo»
pero mientras picaba sus vegetales, habló: «la celebración se la merecen ustedes, que al forjarse en mi vientre me dieron el privilegio de ser mamá»
Mi mamá hoy debe disfrutar, reír y bailar. Pero llora. Llora mientras que su espalda está hinchada, después de preparar la comida se acostó y no se levantó más.
El dolor emocional también nos daña lo físico.
Lo empecé a notar cuando nuestra familia de 4, se rebajó a 3.
La falta de física de un ser querido nos regaña, y nos deja en el suelo, derrotados, (((adoloridos.)))
Algunos, el dolor, lo terminamos de desarrollar en la espalda. O en los vicios. Inclusive en las aficciones(((adicciones))).
Debemos despojarnos de él, ¿Pero cómo? Seguir adelante suena fácil, cautivador.
Quiero caminar a su lado, y tomar de su mano. Lo hago, y ella me pide «no me trates como enferma, solo necesito de su amor»
Intento dárselo. Multiplicar mi amor, y que llegue a cada uno de sus músculos, relajandolos, cesando su dolor.
Pero aún falta su tercer pilar. Su tercer hijo que salió en busca de su bien, intentando retribuir la buena vida que le dió.
«lo estoy logrando» comenta emocionado, cuando cada mes se puede comunicar. Le manda un «dinerito» para que se compre un regalo, pero aún así
Mamá lo sigue gastando en nuestra comida. No compra sus pastillas, nos compra helados a escondidas.
Nos consiente, y dice que lo merecemos. Que somos lo que le queda, que merecemos disfrutar de ella.
Mientras mi mamá llora, le pido al cielo fuerzas. Quiero crecer, y ser yo la que la cuide a ella. Quiero volar, para ayudarla a soñar por ella.
Poseer el don de la magia, y con mis brazos, sanarla. Darle un abrazo y decirle «no te debes preocupar más, tu hija está aquí para tú disfrutar»
Pero mi impotencia me regaña, me dice: con este tamaño no lograrás nada. Me recuerda, que aún dependo de ella, y que lo más probable, es que siempre sea así.
Hoy, cuando muchas madres celebran, mi mamíta llora. Su espalda «le quema, le quema». Pero, todos sabemos, que sus preocupaciones las expresa de esa manera.
Es su forma de pedir «mi hijo, quiero a mi hijo. Quiero disfrutarlos a los tres juntos, una mismo ciudad, un mismo país»
Mientras mi mamá llora, nos recostamos a su lado. La abrazamos. Sólo nosotros quedamos.
Pactamos, en silencio, cada uno en su mente, el (((jamás separarnos)))
Mamá, lucharé cada día de mi vida, por qué tú dolor, se te multiplique en gozo.
Mamá, estaré a tu lado en los días malos. Te abrazaré, y te ayudaré a relajarte.
Mamá, gracias por todo lo que nos has dado. Prometo, retribuirtelo con algo más que abrazos.
Mamá, gracias por la maravillosa vida, que me has dado. 💘
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Gracias por leerme. 🥀