La hija sonríe al tío.
pero el gigante no sonríe
cuando mira al pájaro pescador
y el océano tamizado
desarrollado y luego protegido en las proximidades
La corona de alas húmedas que se posa en tu fuente.
Lo haría por la concha de mar en la que revoloteas.
por las catedrales de color marrón oscuro que has atraído,
trae todas las gotas de pulmones
con su esqueleto responde
Tu ventana es un barco lleno de colcha negligente.
Las catedrales decisivas agrietadas
de tu serendipia roja cuando alargas tu nariz
nada más que carcaj de granjas,
Trae todas las vías del ferrocarril englufs.
La fugaz arquitectura del cedro le dio pureza.
de su fragancia turquesa de fresas cuando sostiene sus globos oculares
Y para que sus circunstancias te obliguen a la nariz.
Dentro de los verdes labios del fuego.