La tristeza inventa
feroces mimetismos
para engañarnos
a veces llega
como serpiente
se mueve rápido
nos amarra
con su piel
vieja de estaciones.
Su lengua viperina
nos inyecta
veneno en el oído
y nutre
los malos pensamientos.
Se convierte en león
y nos arropa
con su larga melena
de melancolía
rasguña las entrañas
su uña
no se desgasta nunca