Capítulo I
El despertar
Abro los ojos lentamente un tanto borroso y desconcertado, trato de mirar al rededor en medio de la oscuridad donde puedo distinguir un bosque completamente desconocido acompañado de un frió abrazador que recorre todo mi cuerpo y extremidades, pienso -No puedo respirar ¡mi pecho duele!-, rápidamente mil preguntas llegan a mi mente sobre; - ¿qué hago aquí?, ¿Quién soy?, ¿qué día es hoy?, ¿cómo me llamo?, ¿tengo familia, dónde está?, ¿sabrá alguien que estoy perdido?-. Miro mis manos duras y difícil de mover, trato de calmar mis descontroladas respiraciones pues siento que me falta aire, mis piernas se tan sienten inútiles claramente no puedo moverme, - ¡Cálmate!, pensé- mientras me embarga un dolor en todo mi cuerpo que agobiaba más y más...Aquello era como si hubiera vuelto a nacer, aunque en realidad no sé la sensación.
Al cabo de unos minutos ya todo se iba aclarando,me encuentro recordando en todo lo ocurrido hace un momento pues , lo segundo que vi al despertar fueron bonitos destellos de luz de la Luna que atravesaban las frondosas ramas de esos arboles tan altos que se encontraban cubiertos con una espesa neblina que parecía no tener fin, lo siguiente fue muy desagradable, se trataba de un olor asqueroso imposible de olvidar, muchos insectos volando a mi alrededor produciendo un sonido casi ensordecedor y desesperante,el zumbido de miles de alas retumbaban en mis oídos, - Suspiro con resignación- y vuelvo a perderme en la luz de la luna aferrándome a la luz, me recuesto apoyando mis manos en lo que creía era fango, -¡Gran error!-, sentía entre mis dedos como algo se movían entre mis dedos y de un salto me levanté...
Inmediatamente fijé mi vista al suelo y vi centenares de gusanos, -¡Ohh!- observé con mas detalle a mi alrededor y me di cuenta que estaba sobre un gran charco de sangre y que alrededor de mi yacían un sin fin de cadáveres en estado de descomposición, no sé de dónde obtuve fuerza pero en ese momento sin pensarlo huí de ese horrible y asqueroso lugar.
Corrí y corrí... Sin parar hasta que las piernas y no me dejaron continuar, lo único que vi en el trayecto fue lo mismo de antes solo neblina y muchos árboles no conseguí ver mas que eso, nada había cambiado, después de tanto correr me recosté en el tronco de uno de los tanto arboles que habían en ese lugar a tomar un descanso mientras mis respiraciones se acoplan y mi estomago gruñe como un león, la falta de agua había puesto mi boca reseca y mis labios quebradizos, no sabía cuánto tiempo había pasado mi cuerpo ahí, solo se qué mi ropa estaba desgarrada, tenia cicatrices inexplicables, mi cuerpo estaba desnutrido y escamoso de tanta suciedad, llorando me pregunte de nuevo, -¿Quién soy, qué hago aquí?, ¿por qué me había pasado todo esto?,- lo que me extrañaba tanto fue que por alguna extraña razón no tuve un final como el de mis compañeros, muerto.
Hoy amigos quiero contarles mi historia...
Lo que me pasó ese día es algo que ni yo mismo me creía y aún sigo sin creerlo después de tanto tiempo.