Una secta es un grupo de personas que siguen a un líder o a una doctrina.
Según Rodríguez (1997), la secta suele ser un grupo separado de otro mayor, respecto del cual se muestra censura. Por su parte, Robertson (1993) cita que, "una secta, es un grupo religioso, dirigido por un líder carismático, que discrepa significativamente en aspectos relacionados con las creencias y prácticas de los grupos religiosos reconocidos de la cultura en general".
La Real Academia de la Lengua Española, también señala que la secta es un conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles de una religión considerada como falsa.
El temario Policía Nacional, Escala ejecutiva, de Madrid (2017) realiza la siguiente clasificación:
- Sectas religiosas, que adaptan la interpretación de los textos sagrados para aumentar las riquezas de sus líderes.
- Sectas políticas, pertenecientes a un extremo político que defiende doctrinas como la supremacía de la raza.
- Sectas parapsicológicas, las cuales pueden ganar adeptos a través de charlas de desarrollo personal.
- Sectas comerciales, que persuaden a sus seguidores para que convenzan a otros de adquirir ciertos productos, como, por ejemplo, dietéticos o cosméticos.
- Sectas apocalípticas, que proclaman el fin del mundo y la salvación mediante el contacto con extraterrestres.
Estas últimas, por lo general, terminan en sacrificios o suicidios colectivos.
Considerar lo que es apropiado o inapropiado de estos grupos separados ha sido tema de discusión entre los sociólogos, psicólogos, políticos, religiosos y otros especialistas. Teniendo, el sectarismo, entre sus defensores, quienes hablan de libertad religiosa, de libre albedrío, de derechos legales, entre otros. Al parecer, la peligrosidad de la secta la mide el mismo adepto según como sienta la influencia del líder y del grupo, o la mide la sociedad según la agresividad del grupo sectario. Lo que significa que las sectas pueden tener un carácter destructivo.
Para Rodríguez (1997), lo que hace destructivas a las sectas, en primer lugar, es el uso que sus líderes hacen de técnicas de persuasión coercitivas que dañan psicológicamente la personalidad de sus seguidores, que rompen la comunicación con el entorno, y dificultan la razón.
Estas técnicas tienen éxito con ciertos individuos, por la intensidad de la coerción, por la manipulación emocional, y por el tiempo que las personas se exponen al líder y al grupo, lo que requeriría, luego, de tratamiento psiquiátrico y psicoterapia para recuperar las capacidades intelectuales y afectivas perdidas.
En segundo lugar, las sectas pueden tener un carácter destructor del área social de sus seguidores; pues entre los objetivos de los líderes se encuentra el aislamiento físico y psicológico, que se produce desde el mismo comienzo del adoctrinamiento.
Lo peligroso de este aislamiento es que las personas pueden llevar una vida aparentemente normal, pero sin interacción real, el entorno no es de su interés.
En último lugar, las sectas pueden destruir los derechos jurídicos de una sociedad, es decir, el líder roba a los sectarios su intimidad y su libertad, haciendo de ellos robots controlados a su antojo.
Overo (2009), sugiere que el poder coercitivo de los líderes de las sectas es tan poderoso que cualquier persona que se encuentre vulnerable puede ser captada por una secta. Estas condiciones estarían relacionadas principalmente con la debilidad del yo, problemas de identidad, duelos, separaciones, aislamiento, soledad, rechazo y falta de sentido de pertenencia. El líder aprovecha esas debilidades para ofrecer expectativas completamente falsas de un grupo unido, una nueva identidad, confraternidad, altruismo, emociones fuertes, sexo, apoyo, un gran futuro lleno de felicidad, y salvación espiritual; todo esto lejos de la hipocresía y la monotonía cotidiana.
¿Qué hace del líder sectario un individuo tan poderoso?
Según Overo (2009), el líder destructivo despierta admiración, gran carisma, y se le atribuyen dones divinos y poderes sobrenaturales. Rodríguez C. (2015), lo identifica con rasgos de megalomanía, seductores, autoritarios, desconfiados y rígidos mentalmente. Resultando, por lo tanto, fascinantes y persuasivos ante personas frágiles. Esta autora sugiere un juego narcisista entre el líder y su seguidor, quien a su vez tiene sus propias necesidades narcisistas y termina idolatrando al líder.
El líder sectario también puede ser paranoico y psicópata, pero, algunos con perfiles antisociales son auténticos estafadores.
Rodriguez C. (2015), señala que los más perturbadores manifiestan convicciones que pueden construir una mitomanía o una autoconvicción generada por una escisión de su personalidad.
Los psicópatas han encontrado en la manipulación psicológica la astucia, la egolatría y el encanto que necesitan como líderes de sectas. La personalidad paranoide de ciertos lideres los hace dogmáticos, exclusivistas e infatigables en sus objetivos, luchando y atacando constantemente a su enemigo. La seguridad en sí mismos genera confianza en sus seguidores.
Por su parte, Farías (2015), describe al líder sectario como un perverso narcisista que crea vínculos con otros bajo la influencia de su propio grandioso yo, atacando el narcisismo, la autoestima y la confianza de los seguidores hasta desarmarlos y convencerlos de que lo necesitan irreemplazablemente. Con personalidad paranoide o psicopática, es un sujeto orgulloso, desconfiando y agresivo, que puede ser muchas veces un toxicómano, un ludópata, estafador u homicida.
En conclusión, las sectas se refieren a los seguidores de ciertas doctrinas o ideologías, que se separan para formar un grupo cerrado, dirigido por un líder.
El líder sectario, con tendencias destructivas, es una persona que se autodesigna, persuasiva y narcisista que está convencida de ser una especie de mesías con una misión que suele defender con un fervor inhibidor, logrando que sus seguidores le idolatren y le muestren lealtad incondicional. Convirtiendo su necesidad de dominar en una conducta patológica, delirante, fanática y muchas veces de tipo criminal.
Por: Sofía Machacado
Bibliografía
Farías, Álvaro (2015). Sectas y manipulación mental. Un enfoque desde la Psicología. Francia. Editorial Vita Brevis.
https://www.tipos.co/tipos-de-sectas/
Ovejero, Anastasio, (2009). Fundamentos de psicología jurídica e investigación criminal. Ediciones Universidad Salamanca.
Policía Nacional. Escala Ejecutiva (Inspector) (2017). Madrid. Temario Vol. IV. Editorial Cep.
Rodríguez, Cristina (2015). Los desafíos de los trastornos de la personalidad: La salud mental al límite. Editorial grupo 5.
Rodríguez, Pepe (1992). Cuando una sonrisa es una trampa: las sectas, cómo detectarlas, cómo combatirlas. Barcelona. Fundación Francisco Ferrer.
Rodríguez, Pepe (1997). El poder de las sectas. Número 233 de Colección Vi. Ediciones B.
Robertson, Irvine (1993) ¿Que Creen las Sectas? EE.UU. Casa Bautista de Publicaciones.
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