El Cambio Empieza Por Ti

El Libertador Simón Bolívar dijo en una ocasión que "las naciones marchan al ritmo que marcha su educación". Es decir, que las naciones progresan en la misma medida en que sus sistemas educativos dan buenos resultados a sus ciudadanos.

No obstante, los cambios positivos que ameritan las naciones no provienen tanto de sus sistemas educativos, o de sus adaptaciones curriculares, sino de los actores que forman parte de ellos. Es decir, que la responsabilidad de la mejoría del país es nuestra; y todo comienza por cambios radicales en nuestra conducta, en nuestra forma de ser y de pensar. Todo empieza por darnos cuenta que , como lo dijo Jesucristo, "debemos tratar a los demás así como queremos ser tratados por ellos"; y esto se convierte en una regla de oro social al aplicarla en colectivo porque, como diría el Maestro Simón Rodríguez, "si yo pienso en todos, no habrá nadie que no piense en mí".

Es por ello que mientras todos pensemos y tratemos con benevolencia a los demás, recibiremos el mismo trato y esto viene dado como resultado de una ley natural de Siembra y Cosecha. No puedo esperar recibir buenos tratos si vivo peleando, difamando, enemistando y destruyendo a los demás porque el bumerang de la vida traerá todo eso de vuelta a mí.

¿Quieres un ejemplo? Hace mucho tiempo un perrito entró a un cuarto oscuro en el que se abrió repentinamente una puerta; de pronto este perrito se vio rodeado de más de cien perros diferentes. Al verlos, empezó a mover la cola y a gritar alegremente; inesperadamente los demás perros lo trataron de la misma forma, al retirarse de allí salió contento de haber conocido a nuevos amigos que lo trataron como él esperaba. Luego sucedió que otro día in perro diferente entró a esa misma habitación, y de pronto vio igualmente a cien perros más que le empezaron a latir igual de fuerte y rudo que como él lo hacía. Al salir de allí estaba pensando en lo hostil y agresivo que era aquél lugar; sin embargo, ninguno de los dos notó que esta habitación tenía un letrero que decía: "Casa de los Espejos".

La moraleja de todo esto es que si queremos que el país cambie, debemos cambiar nosotros también, nuestra forma de ver las vida, nuestra forma de reaccionar ante las situaciones y nuestra forma de hablar. Debenos darle nuevos hábitos y nuevas formas de pensar a nuestras comunidades para ir subiendo a los demás escalones de la sociedad.

Todo radica en la reflexión de nuestras acciones, de nuestras palabras y de nuestro modo de tratar a los demás. En un momento de reflexión pueden surgir muchos cambios positivos a nivel personal y colectivo. Y recordemos las palabras del Apóstol San Pablo: "Cambien su manera de pensar, para que cambie su manera de vivir" (Romanos 12:2).