El 15 de Agosto de 1663, en Robozero, Rusia, las personas que asistían a la misa del mediodía se espantaron al oír un estrépito resonante. Al salir y mirar al cielo vieron una gran bola de fuego de unos 45 metros de ancho, con dos flameantes rayos que se proyectaban al frente en dirección al lago en donde desapareció, pero una hora después regresó al mismo sitio donde lo observaron por primera vez.
La bola de fuego regresó más veces, atemorizando a los que la veían, incluso unos pescadores que se encontraban en su barca a 1.5 km de la bola, fueron quemados.
Antes de que se supiera de la existencia de OVNIs, se trató de explicar este fenómeno como un meteoro o un relámpago en bola.