Ana la bella, como muchos la conocen, vive perseguida por una sombra, una que la hace más deseable. "Él compañero", dicen muchos ¿Una buena compañía? ¿O una maldición? el hecho es que Ana nunca ha estado sola, ni siquiera cuando no hay ninguna persona alrededor. El castillo donde vive, herencia de sus padres, es una muestra de poder nobiliario, uno que le da reconocimiento ante la sociedad, y por tanto, el rumor de una sombra que la sigue se hace chisme de todos con más facilidad a que si fuera una plebeya.
_Ana, a cenar_dijo el abuelo
Mientras sonríe y se arregla el cabello frente al espejo mira a su abuelo asomarse en la puerta de su cuarto.
_Eres tú o la abuela quien llama a cenar_responde Ana
¿Hay diferencia?
_Si es la abuela la que me busca entonces posiblemente mi futuro esposo esté esperándome en el comedor.
Mientras bajaba las escaleras, los espejos en las paredes mostraban la sombra tocando su rostro, besando sus mejillas y llamándola a que subiera a su habitación de nuevo, se sintió confundida, una fuerza la atraía de vuelta al piso de arriba, pero más decidida que nunca bajó al comedor siguiendo la voz de su abuelo: "No dejes que te guíe la oscuridad". Al bajar tan apresurada sintió que su aliento se acababa, ir en contra de su propia sombra requiere de mucha voluntad y decisión.
¡Ana! exclamó la abuela mientras la apoyaba en su hombro dirigiéndola a una de las sillas del comedor.
Señor Conde, tomé asiento, expuso el abuelo.
Su belleza no es sólo leyenda señorita Ana dijo el Conde._¡Que modales!_añadió, _soy el Conde de Vermandois, tomándola de la mano, la guió a un puesto cercano al suyo en la mesa del comedor.
Antes de que Ana se sentará, se apagaron todas las velas y el comedor quedó a oscuras, los sirvientes corrían de un lado a otro para iluminar el lugar. Mientras el brazo de la sombra tomaba a Ana para alejarla del grupo de personas, el abuelo, quien se percató de la ausencia de Ana corrió por las escaleras y la atrajo de vuelta al piso de abajo; pero escuchando la voz del abuelo llegó de vuelta al comedor, quienes siguieron en el lugar a pesar del episodio sin darse cuenta de la ausencia de la joven.
Estos vientos del sur, tal vez un huracán se acerca
Si, por eso planeo viajar a la capital, llevándome a Ana y sus parientes, antes de que todo acontezca
_¡Señor Conde! es muy amable. Si Ana está de acuerdo, empacaremos y estaremos listos para irnos en cuanto usted lo decida.
Al terminar la cena, el conde pidió un momento a solas con Ana, la guió por el pasillo a la entrada para proponerle matrimonio, como la joven estaba acostumbrada a que los hombres se le declarasen les dijo: me abruma con la premura de su propuesta, necesito pensarlo. Mientras tanto el conde, a sabiendas de la posible negativa le da el plazo hasta el viaje de unos días para tener una respuesta antes de que decline su propuesta, y así se fue... Mientras Ana regresaba al comedor donde estaba sus abuelos.
¡Hija mía!,exclamó la abuela ¿Quien te cuidará?.
Aún falta un pretendiente más, lo conoceré en la cena del rey dijo Ana
A la mañana siguiente, un caballero misterioso se acercó al castillo y se presentó ante la abuela, quien mandó a llamar a Ana, cuando bajó, encontró al joven en la puerta y guiándola a la entrada, una cálida sensación hizo que la sombra que perseguía se desplazara. Todos los días llegaba al castillo, pasaban tiempo juntos, conversaban, paseaban en el patio y se despedían de beso. Ana estaba feliz, para cuando se comprometieron, el joven pasó a ser parte de la familia.
Antoine Deveraux y Ana Deveraux formaron su propia hogar, considerando que el castillo de los padres de Ana tenía mucha historia para ella se quedaron a vivir allá. La primera noche fue intensa, por tres días estuvieron encerrados en el cuarto, les subían comida y agua considerando que necesitaban hidratarse y comer para mantener los fluidos... Gritos, dolores y sudores salía de la habitación de los recién casados. Tenían una vida feliz, o eso pensaban hasta que el abuelo de Ana entendió el misterio que hacía misterioso a Antoine Deveraux.
¿Que ha pasado con tu sombra? preguntó el abuelo
_Se ha ido_respondió Ana
La abuela empezó a sospechar cuando vio un oscuro salir del cuarto de los recién casados una noche, quiso saber quien era Antoine, preguntó por su nombre en aldeas cercanas luego de decir a los de casa que iría por insumos. Resultó que Antoine era un viudo, sospechoso asesino de la que era su esposa, los demás pensaban que solo le gustaban los juegos rudos en la cama, hasta que un día Antoine desapareció y el cuerpo de su mujer fue encontrado sin vida en su propia casa.
_Es dificil de creer Ana, pero es cierto lo que te cuento_dijo el abuelo
_Abuelo, sabes que en todo te creo, de pequeña has sido mi guardia de luz. Pero ¿Como la sombra que me ha seguido tanto desapareció cuando llegó Antoine?
_No ha sido por él, preferí no decirlo mientras no fuera necesario, esperaba que la sombra quedara como un mal recuerdo que olvidaras con el tiempo, y al verte tan feliz con Antoine, pensé que todo el dolor del pasado quedaría en el pasado.
¿Como lo descubriste?
_La abuela lo hizo
_¿Porque no vino a decirlo ella?
Mientras Ana lloraba en los brazos del abuelo, él acariciaba su cabello y le decía: tus papás siempre han estado contigo, como sombras te seguían, tu madre era hechicera y encontró la manera de quedarse contigo después de la muerte, sin saber que sólo te hacía más daño y no te dejaba vivir. Cuando leí su diario, pude deshacerme de la sombra, rompí su diario bañado en sangre y con este todo recuerdo vivo de tu madre.
_Pensé que... Por el amor de Antoine la sombra había desaparecido.
_¿Como habría amor si por varias noches te encontraba golpeada?
_Como... Supiste...
_Te conozco de niña Ana
Todo era alegría en el principio, pero luego de un mes empezaron peleas y gritos lejanos de ser llamados placeres sexuales, Ana salía golpeada.
_La sombra de tu madre te cuidaba, sabía cuando un caballero no te convenía, cuando decidí apartarla lo hice pensando que así podrías vivir sin tanto tormento. Tu madre nunca quiso hacerte daño, así como yo tampoco, prefiero dejarte sola y confiar en que si te casas con alguien sea por amor. Una sombra te puede cuidar, pero no te deja vivir... Prefiero confiar en que te cuidaras bien, además no estás sola, tienes a la abuela y familia lejana, es tiempo de compartir y salir al mundo, lejos de este castillo lleno de recuerdos.
_Abuelo... Si me has cuidado siempre...
_Demasiado diría yo, estarás bien, eres libre de vivir, lejos de Antoine, lejos de la sombra de tu madre y lejos de la mía.
En eso, cuando Ana vio que su abuelo había desaparecido lloraba abrazando su casaca, la que siempre cargaba en las fiestas, la abuela cuando la vió en el cuarto se apresuró a abrazarla.
Hablé con él abuela, hablé con él
_Yo sé, yo también lo escucho todos los días, pero muchas veces hay que encontrar otro lugar donde guardar los recuerdos.
_Esta casaca es lo único que me queda de él, aún me siguió cuidando, me dijo que Antoine...
_Ya sé linda, no es un buen caballero, lo puse en evidencia y fué llevado por la guardia real.
Abuela... Se ha ido... Mi abuelo con la voz entrecortada en llanto...
_No, estará siempre contigo, no como una sombra, pero si el tiempo que lo necesitas... ¡Ahora sacúdete esos miedos! Un mundo te espera fuera de este castillo ¡Vive! ¡Ahora preparémonos para la cena con el rey!