Son hojas muertas, y sin embargo, junto a ellas y a su alrededor, rebosa la vida. De la misma manera que los pintores manieristas experimentaban con los objetos, dotando a sus creaciones de un hálito de plausible ‘movimiento’ en base a conceptos como dimensión, alcance o profundidad, también en un simple montón de hojas caídas puede llegar a prevalecer la imaginación y conseguir algo que, sin desmerecer, ofrezca al espectador el consuelo, cuando menos, de una estética esmerada.

Los fondos oscuros, que se pueden conseguir, por ejemplo, buscando los claroscuros en un simple charco o en las quietas superficies de un plácido estanque, proporcionan ese elemento dimensional, que en ocasiones sugiere un libre movimiento en el espacio.

Si a ello, le unimos las atractivas tonalidades que adquieren algunas hojas, tendremos, además, el complemento ideal para hacer un cuadro –o un pequeño bodegón vegetal, como se sugería al principio de la presente entrada- no exento, después de todo, de cierta gracia y magnetismo. Y con una buena impresora y un papel adecuado, podemos incluso hacernos un hermoso cuadro, que no desmerezca colgado en la pared de nuestro salón.

They are dead leaves, and yet, along with them and around them, life is overflowing. In the same way that Mannerist painters experimented with objects, endowing their creations with a breath of plausible 'movement' based on concepts such as dimension, scope or depth, even in a simple pile of fallen leaves the imagination can prevail and get something that, without detracting, offers the spectator the consolation, at least, of a careful aesthetic.

The dark backgrounds, which can be obtained, for example, looking for chiaroscuros in a simple puddle or in the quiet surfaces of a placid pond, provide that dimensional element, which sometimes suggests a free movement in space.

If we add to it the attractive tonalities that some leaves acquire, we will also have the ideal complement to make a painting -or a small vegetable still life, as it was suggested at the beginning of the present entry- not exempt, after all, from certain grace and magnetism. And with a good printer and a suitable paper, we can even make ourselves a beautiful painting, that does not detract from hanging on the wall of our living room.

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