Los españoles cuentan con el destacado profesor Pablo Pineda y la concejal Michel Bachiller, los brasileros con la bailarina clásica Aline Tornaz y la reportera Fernanda Dos Santos Honorato; y podríamos seguir enumerando los muchos profesionales con síndrome de down de todas las naciones. Medallistas olímpicos, artistas, poetas, ingenieros, y pare usted de contar.
La desinformación, en la mayoría de los casos, es el problema que nos lleva ver a las personas con síndrome de down como seres asociales, extraños, y en algunos casos hasta violentos; eso es absolutamente falso. Tienen una condición especial no una discapacidad, la cual cuando es bien manejada por sus padres y familiares cercanos no es ningún obstáculo para que lleven una vida completamente normal.
Quizá los discapacitados seamos nosotros y usamos nuestro status quo todos los días para maquillar los baches de nuestra alma, para intentar normalizar las deformidades que se llevan por dentro. Dios, que todo lo sabe, nos quiere ayudar pues sabe bien que la peor discapacidad es la mental, ya que para esa no hay prótesis; búscale mientras pueda ser hallado. Bendiciones.
Excelente que tomes la iniciativa de escribir sobre esto aquí.
Exactamente, son niños eternos, y muchos son mejores personas que el resto que no tiene nada.
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