Así es como decide separarse de la vida doméstica e ir por su afamado sueño y se transforma en Marilyn Monroe, en 1945: la chica de mirada nostálgica, sonrisa amplia, rubia platinada y de curvas pronunciadas, resaltando su alma sensualmente natural. Y, es que por donde ella caminaba derrochaba elegancia, caché, y bocanadas de chica traviesa pero inocente, lo que hizo que muchos la tomaran por tonta, pero ella era preparada y disfrutaba de la lectura, tanto así que poseía una biblioteca con trabajos de James Joyce, Walt Whitman y Samuel Beckett. Esto fue fundamental para alcanzar y posicionarse en la industria del espectáculo como una de las actrices más cotizadas de la época y luego de fallecer en uno de los personajes más mercadeados actualmente, su imagen o sello puede facturar hasta 10 millones de dólares anuales.

A pesar de que el maquillaje de Marilyn siempre era igual: delineado felino, largas pestañas, que alargan la mirada y labios color carmesí, con el truco del brillo en el centro para hacerlos lucir más voluminosos, ella también estaba muy consciente del poder de sus curvas naturales, las cuales y siempre destacó en cada uno de sus trajes. En su estilismo se podía ver como jugaba con los cortes simétricos; usaba escotes en V, que dan la ilusión de un torso más fino, como también piezas de hombros al aire que ayudaban a relucir su figura de reloj de arena con sus caderas voluptuosas y cintura ajustada. Como se pueden apreciar en el traje dorado al cantarle cumpleaños al presidente John F. Kennedy o en su inmortalizado vestido blanco al aire. Para mí ella es la reina del fitting o ajustado, es muestra de que un traje a medida tomando en cuenta su talle, personalidad y preferencias es lo que te hará lucir impecable. Porque incluso cuando optaba por atuendos mas recatados lucía despampanante.

Aunque el 5 de agosto de 1962 su vida terrenal llegó a su fin, Marilyn Monroe siempre resaltará por haber sido la mujer atrevida que rompió estereotipos sociales, le gritó al mundo: "que los diamantes son los mejores amigos de la mujeres"; con tan prolija apariencia y real gracia. Para la industria es y será reseña permanente e inspiración de glamour, frescura y naturalidad. Ella demostró que una mujer consciente de sus encantos, con una gran sonrisa y una buena vestimenta puede llegar a ser lo que desea.

Una vez más destaco la importancia del equilibrio entre el ser interno y externo, saber que hay en ti y quieres proyectar, usando la vestimenta como trampolín, porque una vez que te reconoces y sabes a donde quieres llegar, los inevitables derrumbes durarán cada vez menos en las distintas experiencias que atravieses. Y, es que después de todo: