Subí las manos por su espalda y miré atrás una vez más, donde se encontraba Ellie de brazos cruzados, esperando a igual que Clarice una respuesta válida a ese ataque de locura que de pronto sentí. ¿Sería correcto decirle que veía a Ellie? Era evidente que la respuesta era no, pero no negaría que cruzó por mi cabeza. En su lugar, opté por colocar una mentira sobre otra y así cubrir parte de la demencia que comenzaba a surgir.
—No es contigo, cariño. —Besé su mejilla y la solté para que cayera sobre sus pies y se desprendiera de mi cuerpo—. Es que no me siento bien.
—Debe ser por el viaje —articuló ella, un poco confundida con el asunto, mas no profundizó el tema o sacó el manual de experta en psicología—. Ahora vas a dormir, mientras compro algo en la tienda para cenar. ¿Estarás bien solo?
—Se quedará conmigo —susurró Ellie—. ¿Cómo podríamos estar mal?
La simple idea de quedarme encerrado en el mismo lugar que el fantasma de mi ex, no era del todo una idea muy cuerda. Clarice comenzó a retroceder cuando sujeté su muñeca y me acerqué a su cuerpo. No podía quedarme solo con Ellie una vez más.
—Mejor voy contigo.
—¿Seguro? —inquirió al entrecerrar los ojos.
—Claro, linda. Déjame ir al baño y nos vamos.
Besé su frente y solté su muñeca. Me encerré en el baño, abrí el grifo y arrojé agua en mi rostro. Necesitaba alejarme de Ellie, pero nada de lo que hacía resultaba. Ya no sabía qué la había colado en mi cabeza, pero no había manera de sacarla. Ella estaba envenenándome poco a poco, al punto de dudar de mí mismo mis capacidades de afrontar las consecuencias de mis actos. Me puso a dudar sobre todo el mundo, y estaba conmigo en el baño; masajeaba mis hombros y me veía por el espejo.
—¿Temes quedarte solo conmigo?
—¡Tú ni siquiera eres real! —bramé al espejo—. Eres solo una alucinación.
—Pero puedes sentirme, olerle e incluso besarme.
Apretó mi mentón y estampó un beso en mis labios. Fue igual que años atrás, cuando sujetaba mi rostro con ambas manos y me enloquecía con sus labios. Ella arrastró sus dedos por mi cuello, tiró de mi labio y condujo mis manos a sus caderas. Sentí como elevaba la tela de su blusa y aspiraba el aroma de su cuerpo. Casi podía escuchar su corazón latir o el calor de la sangre corriendo por sus venas.
Era algo diferente a lo que sentía con Clarice; Ellie era como la fruta prohibida, la tentación y de solo pensar que podíamos ser algo más que un fantasma, aceleró mi corazón. Ella se separó de mis labios, quitó su labial de mi boca y sonrió. Su cabello se movía con cada movida de cabeza y sus labios seguían tan rojos como siempre. Ella colgó su brazo en mi cuello y colocó la otra mano sobre mi corazón.
—¿Sigo siendo una alucinación? —preguntó al enarcar una ceja.
—Hacía tanto que no me sentía así —confesé con la mirada en su boca.
—¿Ves que aún me amas? —masculló en mi oído—. No me has podido olvidar.
—Pero estoy con tu hermana… ¿y ahora contigo?
—Puedo compartirte.
Dicho eso se acercó de nuevo a mis labios. Cerré los ojos por instinto, esperando un beso, pero en su lugar recibí el frío que entraba por la ventana del baño. Abrí los ojos y noté que me encontraba solo en el baño, junto al lavado, el retrete y la puerta corrediza de la ducha. Giré al espejo y lancé más agua en mi rostro. No sabía qué me estaba pasando, pero sentía un escozor en mi cuello y mis manos; como picadas de hormigas.
Respiré profundo, sequé mi rostro y salí del baño. Agarré las llaves del auto y bajé trotando las escaleras. Clarice estaba comiendo una manzana en la cocina, cuando tiré de su codo y la arrastré hasta el auto. Por la prisa soltó la manzana y rodó por el piso hasta una de las ruedas, por lo que al arrancar, fue aplastada por el auto. Clarice no comentó nada al respecto, pero me miró como si se tratase de un extraño.
Ella comenzaba a sospechar de mí y esos arranques que de pronto tenía. Cuando entendió que no la miraría, se desplomó en el asiento y cruzó los brazos. Al detenerme en el semáforo toqué sus costillas y soltó una carcajada. No podía estar molesta conmigo, no me gustaba que lo estuviera, así que hacía cualquier cosa para sacarle una sonrisa. Ella se deslizó hasta mi lado y besó mi mejilla, antes de recostarse.
—¿Qué cenaremos?
—Quiero pizza —repliqué con una sonrisa ladeada—. Vamos a una pizzería local.
—Igual debemos comprar algo para la alacena.
Bajamos en el supermercado y Clarice llenó todo un carrito de compras con comida para un ejército. Pagamos, subimos las compras al auto y fuimos a la pizzería. La mayor parte del tiempo estaba repleta de estudiantes los días de semana, pero al ser principio del fin de semana, los niños ocupaban las sillas y los padres llenaban el espacio con sus bandejas de refrescos y las pizzas familiares. Clarice quiso que nos sentáramos junto al televisor, cerca de la barra y la inmensa puerta principal.
El ambiente olía a grasa, salsa, queso, refresco, papitas, hamburguesas y carne frita. Vendían de todo en ese lugar, desde hamburguesas con doble ración de carne, hasta helados americanos. Coloqué los codos en la mesa y esperé que Clarice pidiera la pizza y fuera llamada con el ticket que le entregaban. Desvié la mirada hacia un escenario que se alzaba en la zona izquierda del establecimiento, con karaoke incluido.
Ellie sujetó el micrófono en el escenario y rodó el cable.
—¿Me contarás por qué viajaste de pronto y no me dijiste nada? —inquirió Clarice al retornar a la mesa, con el ticket en la mano—. Sabes que no creo lo de los negocios.
Iba a responderle con sinceridad, cuando el teléfono vibró sobre la mesa. Le mostré la pantalla a Clarice y le indiqué que eran negocios, antes de levantarme de la silla y salir de la pizzería. Deslicé el dedo para responder y solté un suspiro.
—¿Qué tienen?
—El rastreador nos llevó hasta Charleston, a un rancho en las afueras del pueblo.
—¿Esta ahí?
—Sí. Con una mujer de cabello rojo —afirmó uno de los amigos de Hayes por la bocina del teléfono; el viento chocaba con su voz—. ¿Qué hacemos?
—Vigílenlo. Avísenme cuando regrese.
Inserté de nuevo el teléfono en el bolsillo y regresé adentro. Quería acabar de una vez con todo eso, pero no era el momento indicado. Al entrar a la pizzería, encontré a Ellie sentada sobre una de las cornetas, de piernas cruzadas, con el micrófono en sus manos y su boca cerrada. Desvié la mirada y regresé a la mesa con Clarice. Me senté frente a ella y pensé en decirle la verdad, pero esa voz en mi cabeza no me dejaba.
—¿Por qué no le dices la verdad? —masculló Ellie—. ¡Quieres matar a alguien!
Le lancé una dura mirada a Ellie y pronuncié entre dientes que no se metiera donde no debía. Clarice tocó mi brazo y mi mirada viajó a su mano. Estaba metiendo las piernas en un sitio que no debía. Yo tenía que controlarme cuando estaba en público, pero Ellie me sacaba de quicio. Clarice apretó mi brazo y fijó sus ojos en los míos.
—Leonard. ¿Seguro estás bien?
—¿Por qué lo dices? —repliqué al carraspear mi garganta.
—No dejas de mirar hacia allá —indicó con la cabeza el sitio donde estaba Ellie.
Pude haberle mentido una vez más, pero en su lugar le dije una verdad: estaba cansado por el viaje. Ella emitió una forzada sonrisa y se levantó a buscar la pizza cuando la llamaron. Comimos en paz, aun cuando Ellie comenzó a cantar una canción que me estaba enloqueciendo. Gracias al cielo, terminó al mismo tiempo que nosotros de comer y nos marchamos todos de regreso a casa. Ellie iba sentada en el asiento de atrás y me veía por el espejo retrovisor, con esos oscuros ojos de diablillo.
Al llegar, sacamos todas las compras del auto y nos duchamos. Clarice se colocó una de sus pijamas sexys y se acostó boca abajo en la cama. Lucía hermosa como siempre, pero la imagen de Ellie seguía apareciendo en los peores momentos, como allí, cuando acariciaba el cabello de Clarice y me invitaba con las manos a ser partícipe de un trío fantástico en el que todos podíamos disfrutar algunos minutos de la noche.
—¿Tomaste tu medicamento? —preguntó boca abajo.
—Sí —respondí antes de girar y bajar las escaleras.
—¿Vienes a la cama?
—¡En un minuto! —grité de regreso.
Caminé hasta la mesa de la sala y acerqué la lámpara a mis manos. Busqué un cuaderno viejo y le arranqué una hoja. Alcancé un lapicero en el cajón y comencé a señalar en un bosquejo lo que sería mi plan para acabar con todo. Sabía que no tenía mucho tiempo antes de acabar igual que los otros secuaces de Maximiliano. Debía ser más listo, más rápido y más inteligente que cualquiera de ellos.
Tracé en una hoja lo que era la línea de tiempo desde que me enteré que estaba en Memphis, hasta el final de toda esa historia que nos atormentaba. De pronto sentí las manos de Ellie en mis hombros; me hizo un masaje y recostó su mentón en mi hombro, mientras continuaba escribiendo todo lo que haría. Sentía que en el papel era más palpable que solo guardarlo en mi cabeza. Debía hacerlo, por si perdía la razón.
—¿Estás seguro que funcionará? —preguntó en mi oído—. Él es muy listo.
—Yo soy más listo que él.
—Sabes que no es verdad —susurró.
—¿Por qué mejor no te me quitas de encima?
—Porque tú y yo estamos juntos en esto.
—¿De verdad? —Dejé la hoja y giré sobre la silla. Ella lanzó sus manos a mi pecho y batió su cabello como una diva—. ¿Quieres que acabe con tu mejor amiga?
—Andrea no era mi amiga —afirmó con el ceño fruncido y unos ojos llenos de ira con relación a esa estrecha amistad que tenía—. Ella me utilizó. Ahora soy fiel a ti.
—Demuéstramelo.
Ellie quitó el bolígrafo de mis manos y comenzó a tachar algunas cosas y escribir a un lado de ellas. Todo el plan que había maquinado en mi cabeza, ella lo reestructuró por arte de magia y dejó toda una maravilla. La simple idea de llevar a cabo todo ese plan me dejaba perplejo. Me fascinó, sin duda alguna. Ella lanzó el bolígrafo en mi pecho y enarcó una de sus cejas. Se la daba de diva cada vez que ganaba conmigo.
—¿Convencido?
—Esto es perfecto —pronuncié al elevar la hoja a la luz y verificar que no era producto de mi imaginación—. Solo debo contactar a Andrew y acabar con todo.
—Buena suerte. Maximiliano lo tiene comiendo de su mano.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque él no quiere que lleves ventaja. —Ellie le dio vuelta a mi silla y se sentó a ahorcadas sobre mí. Tocó mi pecho con sus manos y deslizó su lengua por mi cuello, hasta la cima de mi oreja. Me excitaba sentirla así—. ¿Por qué mejor no matas a Max?
—Eso sería suicidio.
—Pero tú eres más listo —masculló al tirar de mi oreja y apretar mis mejillas con sus dos manos; era más fuerte de lo que recordaba. Era jodidamente incitadora a que pecara con ella sobre esa silla—. ¿Quieres que te venza el jodido Maximiliano? ¿Quieres que gane? ¿Quieres que sea el jefe y tú sigas siendo lacayo?
—No —afirmé al final.
Ellie apretó mi labio inferior con sus dientes y tiró de él. Revolvió mi cabello con sus manos, mientras mi nariz ascendía por su cuello. Olía divino y su piel era suave, tal como siempre la recordaba. Era mi Ellie, mi chica, la misma que me preparaba café en la mañana y sacaba el perro a la calle. Nunca dejó de ser mi Ellie bonita, la que nunca olvidaría o podría sacar de mi corazón. Ella nunca se iría, porque no lo permitiría.
Nos friccionamos el uno al otro, hasta que ella apretó mi mentón y elevó mi cabeza.
—¿Entonces qué harás? —preguntó seguido de un sutil movimiento de labios.
—Atacar primero —respondí de inmediato.
—Ese es mi chico —afirmó con un beso en mis labios.
Sentí la menta de su boca sobre la mía, el movimiento de su lengua, el calor de su tacto en mi cuello y como su mano descendió y elevó el ruedo de mi camisa. Ellie quería trastornarme con sus labios, pero estaba enamorado de Clarice y no podía serle infiel. Me separé de su cuerpo y la bajé de mi torso. Me había excitado un poco sentirle cerca, pero no era suficiente para acabar con mi relación formal.
Le dije que se marchara y me dejara en paz, que necesitaba pensar. Ella respondió que no iba a dejarme solo, así que se sentó en el sofá cercano a mí y doblo sus piernas. La observaba por el rabillo del ojo como se movía o se lanzaba al sofá. Cuando dejé de preocuparme por ella, me enfoqué en lo importante. Busqué en las páginas amarillas electrónicas el número de Andrew y, tras encontrarlo, pulsé llamar.
Él fue muy útil para mi investigación y me comentó que tenía planes con Maximiliano, pero que podía cambiarlos un poco para ayudarme. Le expliqué que no podía contarle nada a Maximiliano, que lo que estaba haciendo era por mi cuenta. Él me aseguró que no diría nada, pero había algo en su voz que no me agradaba. Quizá malinterpretaba su tono, pero creí que estaba hablando con alguien más.
Al final quedamos en que lo contactaría para contarle los detalles de mi plan.
Todo marchaba al pie de la letra, tal como siempre lo quise. Ellie se había dormido en el sillón y la luz de la lámpara me encandilaba. Así que justo antes de apagar la luz y levantarme de la silla para ir a la cama con Clarice, dejé encerrada la palabra muerte dentro del mismo círculo que encabezaba Nicholas Eastwood, Andrea White y culminaba con el maldito de Maximiliano Hartnett.
Capítulo 36 | Ama sacrificada [Parte 2]
Fue un momento en el que no pensé las consecuencias de mandar a callar a una persona que no existía en el mundo físico. Ellie no era materia como nosotros, así que era invisible para el resto de las personas. Solo yo podía verla, lo que provocó un fruncimiento de ceño en Clarice cuando mandé a callar a una persona que no existía. Ella apretó mi cuello con sus manos, relamió sus labios y me miró fijamente.
Empiezo a encariñarme con Leonard, pero eso no quiere decir que deseo que cumpla sus cometidos. Ver a Ellie prueba que está loco, pero que quiera ganarle a Max demuestra que su cerebro necesita un buen chequeo de ideas.
Un excelente capítulo que me hace querer un poquito más a este malvado.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Tu siempre te enamoras de los malos Esme.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Jajajajajaja.
No sé porqué no había visto esto xD
¿Qué te puedo decir? Los malos son mi debilidad xD
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Siempre ha sido así jajajajaa
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
No. Realmente Max es el primer villano en robarse mi corazón
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Yo aquí preguntándome, como bate el pelo una diva muerta :v 😂🙊 este Leonard es un loquillo :v por un momento pensé que tendría ¿fantasmafilia? 😂😂😂🙈 porque necrofilia ni siquiera es. Como cuando me pones a dudar de mi existencia Aime :v arroz con mango ando hecha.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Este refrán le cae a pelo a Leonard: cría cuervos q te sacarán los ojos... En su caso, sería cuervo junior jeje, pero si piensa q matar a Max será tarea fácil, entonces es q no intuye quién es el más loco d los dos.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Está como una chota
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Buen capitulo pero su locura ya llega a altos niveles... no va a poder ganarle a Max...
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Esta cada vez más loco Leonard y ellie lo va hacer que mate a Maximiliano esta muy bien que pierda la razón completamente lo merece por tanto daño que ha hecho igual que max
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Siempre haciendo buenos post , un gran abrazo y mucho éxito
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
la conciencia no lo deja en paz y de paso se trastorno y quiere matar a Max!!!!...
lo pepr es que Ellie tiene razon solo es un titere en las manos de Max...
buen capitulo
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Se me hace que va a ver guerra e titanes ,aunque le lleva ventaja Maximiliano y por mucho pues ya los veremos mas delante...
Gracias por actualizar.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Cada día mas loco, como se deja llenar la cabeza de ideas tan locas como matar al cuervo el no tiene la habilidad, va a sacrificar tambien a Clarice por culpa de su locura pobre Leonard cada vez siento mas lastima por el.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Lo dicho este hombre se volvió completamente loco jajajaja.
De verdad piensa q puede acabar con el sicópata de Max???
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Ellie lo que esta haciendo es proteger a Andrea, al decirle que mejor mate a Max
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit