Una mirada me devolvió el corazón, cuanta emoción se rego en mi pecho. Al ver los ojos de mi amada hija por primera vez, el solo hecho de tenerla entre mis brazos y besar sus delicados y frágiles dedos, me borraron la tristeza de mi perdida, mi bella dama no pudo soportar el parto y en su lecho de muerte me pidió que la amara tanto como a ella y que la protegiera con mi vida. Ya han pasado 25 años y su sonrisa cada vez es más bella, tiene el pelo negro como un carbón y los ojos verdes como su madre. En el día de su boda le di el mayor regalo que se pudo imaginar, una carta de su madre que decía: sé que haz esperado este momento niña de mis amores, para escuchar mi voz plasmadas en estas palabras, créeme te amo más que a nada en el mundo y desde el primer día que me di cuenta que estaba embarazada sabía que te amaría con todo mi corazón, se feliz y has feliz a tu padre, él también te ama con todo su ser….no pudo contener las lágrimas, me acerque y le di un fuerte abrazo, saque mi pañuelo y seque una lagrima que bajaba por su mejilla, ya es hora, el novio espera en el altar. La boda se realizó con éxito y todo iba de maravilla. Pero… a veces el día oscurece más temprano de lo normal.
Llego la noche y sonó el teléfono era Lucia mi hija, estaba llorando, su esposo había llegado pasado de copas y había maltratado su delicado rostro, me llene de ira y quise ir a confrontarlo, ella me dijo que no fuera porque agravaría las cosas. Estaba decidida a dejarlo, pero se dio cuenta que estaba embarazada. Le dio la noticia a su esposo, pero no le gusto, y le dijo que abortara. Lucia no sabía qué hacer, el hombre en el cual se había enamorado había desaparecido. Su esposo salió a beber y aprovecho para llamarme. Me subí al carro y manejé hacia su casa. Su esposo llego más temprano de lo que pensó, se sentó en una silla y pidió una copa de whiskey, lucia le dijo que se acostara que no tomara más, él se llenó rabia la tomo del pelo y arrastro por las escaleras, ella le temía tanto que no se atrevía a decirle ni una palabra, solo protegía su barriga mientras que su bella piel su fría por rudeza del suelo, la dejo tirada en el pasillo y entro en su habitación, abrió el armario y saco una pistola, la cargo y le apunto en la cabeza, ¿ qué haces? Le dije, se sorprendió al verme y me dijo ¡vete maldito viejo, no es tu problema! Corrí rápidamente donde estaba lucia, la abracé y le dije no estaba sola. Se llenó de rabia y me tomo por la chaqueta, veía la pistola acercarse a mi cabeza, reaccione rápido y se escapó un disparo, que se estrelló en la pared más cercana, seguimos forcejeando, pero era más fuerte que yo, me tiro al suelo y me dio dos tiros en el abdomen, cuando vio que no me moví mas se fue caminando hacia lucia, mi mundo poco a poco se oscurecía, pero una luz me hablo y me dijo, no te des por vencido, tu hija te necesita, saque fuerzas donde no las tenía, me puse de pie, el desgraciado le apunta a mi bella Lucia, me acerque y le tome la pistola forcejeamos nuevamente, rodamos por las escaleras y un tiro se escapó, intente levantarme pero ya había perdido mucha sangre, el desgraciado estaba muerto, el tiro le atravesó el corazón. Lucia bajo rápidamente y me puso en sus piernas, con lágrimas en sus ojos me decía que no la dejara sola, le toque su mejilla y le dije que fuera fuerte por el hijo que estaba esperando, que yo estaría bien y que pronto me reuniría con su madre, ella me abrazo fuertemente y me dijo que me amab…FIN.