Una relación perfecta ante los demás, el uno para el otro sin pensar, tanto amor te he dado que no puedes notar. No puedes pensar en una infidelidad, algo a lo que tanto le temes y es que no comprendes que es algo solo carnal.
No digo que en tus brazos yo no pueda disfrutar, pero en los de él llego al más alto punto, donde los gemidos no son fingidos y existe un poco más de pasión, un poco más de deseo y -¿por qué no?- de acción.
Ahora que lees esto, te preguntas: “si tanto con él disfrutas, ¿por qué conmigo continuar?”. Y es que no puedo ocultar que por él muero de deseo pero contigo cada beso me parece especial, no me imagino amándole como lo hago contigo y es que no puedes entender este acertijo, y no te culpo. No entiendo porqué con otro yo te tengo que engañar, siento la necesidad de hacerlo más que antes, y es un poco impresionante como llegue a este punto, si no imaginaba un segundo con otro darme un beso, pero me ganó el deseo y las ganas de probar, de con otro experimentar y así arder en el fuego que generan esos besos, de sus manos en mi cuerpo y su piel con la mia.
Ahora nos estamos sincerando y te digo que la primera vez, cuando todo sucedió, yo guardaba ese temor y también mucha culpa, pensé en decirte muchas veces, las practiqué una a una, y de mi boca no salió una palabra, ninguna. No te podía decir, no podía permitir que te alejaras por mi culpa, no puedo causarte dolor sin ninguna explicación, porque tú no lo mereces.
Luego recordé esas veces que tú me hiciste llorar, sin dudar me lastimaste. Así sin compasión, rompiste mi corazón y no hice más que perdonarte. Ya no me sentí culpable y cada vez mentía más, ahora no puedo escapar de este triste laberinto, donde ya no es contigo con quien juego sino con el sentimiento que me mantiene atada a ti.
En días quiero escaparme y ya no sentir lo mismo, pero son tantos los momentos vividos que no se si sea correcto. Mientras tanto en otros besos yo encuentro un pequeño escape a esta monotonía que me sigue a todas partes, y es que en eso se volvió esto que era un gran amor y ahora no es más que un disparate.