Es un hecho público y notorio el caos en que se encuentra Venezuela. Enferma de gravedad en lo político y económico; pero, en cuanto al individuo y a la sociedad, observamos que sus tejidos existenciales, entendidos estos, como sus valores, principios y virtudes, se encuentran rasgados por la ignorancia y confusión que de antaño arrastramos, pero también por la inoculación de pensamientos y doctrinas colectivistas o comunistoides que implican la exacerbación del hombre paràsito y zángano, cargado de odio, de envidia, del animo destructivo, que se siente con derechos, mas no con obligaciones; paradigma del hombre nuevo de la revolución del siglo XXI.
Muchas veces esperamos y aspiramos, que las crisis que enfrentan las sociedades, sean resueltas por algún mesías que aparezca por arte de magia, que un gran hombre o una gran acciòn nos pondrá en el camino de la libertad y la dicha. En el caso venezolano, hasta hace poco, se confiaba en que algún o algunos líderes de la oposición nos conducirían por ese camino y nos liberaran del yugo que nos oprime.
Nuestro caso, pareciera que no es un camino de atajos- aunque ya son 18 años de destrucción masiva-, sino, que como todo proceso, èste lleva su tiempo, para que el aprendizaje germine y de sus frutos. Por eso decimos, que hay que retomar la IDEA KANTIANA DE LA ILUSTRACIÓN. Immanuel Kant, escribió en 1784, una obra intitulada: ¿Qué es la ilustración?. Allì respondió el Profesor Kant: “La ilustración es la salida del hombre de la minoría de edad en la que se encuentra por su propia culpa”. De nada vale compadecerse o llorar ante la crisis, los problemas, ni esperar soluciones mágicas en manos de un superhombre.
Kant, decía que la humanidad estaba en una situación muy lamentable, desde el punto de vista de sus diferencias en riqueza, cultura y felicidad, y por tanto era necesario retirar los obstáculos externos, verbigracia, leyes injustas e instituciones autoritarias, que impedían a los hombres ser mejores personas, tal como ocurre hoy día en la Venezuela revolucionaria. Sin embargo, a nuestro juicio, la esencia de su pensamiento en dicha obra, es que: “Es preciso que el propio ser humano, cada uno, tome consciencia de que èl también debe actuar para lograr su propia libertad y su propia felicidad digna”. Decìa además: “Si solo unos mandaban y los demás obedecían, si solo unos sabían y los demás eran ignorantes, si solo unos actuaban y los demás eran pasivos, la culpa no estaba solo en los primeros, sino también de quienes se mantenían en la minoría de edad”.
Por ello, cobra tanto sentido y vigencia el pensamiento Kantiano en nuestra querida Venezuela. El hombre ilustrado, ese hombre que toma consciencia de sì, de su emancipación frente a la tiranía, y al autoritarismo, así como de su pasividad, fruto de la ignorancia en que vive, pareciera que es un proceso que para que madure y vea sus frutos, necesita de la experiencia y aprendizaje que trae el dolor y el sufrimiento cuando no tomamos consciencia como acto de voluntad, en evolucionar como seres pensantes y espirituales en aras de ser mejores seres humanos, lo cual sería ideal.
Saludos @alquimiavzla. Que buen post, me quedo loco al ver la poca cantidad de visitas que tiene. Ojala mi upvote valiera más.
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Gracias por tu gentileza jc21.ramos.
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