Toboso, 05 de julio de 1604
A mi querido y amadísimo Don Quijote de la Mancha.
El gran talento que usted mi querido amado tiene para las espadas es tan admirable, su valentía está dotada de hermosura; ni aunque resucite Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid) se le compararía con su majestuosidad y valentía.
El título que le concedió a mi persona, es encantador “señora de mis pensamientos” se bien que en usted existe gran amor hacia mí, y no sabe lo contenta que me tiene, jamás imagine que un hombre tan guapo y valeroso podría enamorarse de esta moza tan poca cosa delante la grandeza de su persona.
Las aventuras a las que usted se ha sometido, son para mí el más grandioso acto de coraje que un caballero haya hecho. Señor, su físico a mí me tiene anonadada, ese bello rostro que en usted se encuentra es luminoso; Su escudero Sancho Pansa me ha comentado que todos los días me recuerda con anhelo y para serle sincera yo también lo anhelo, todas las noches miro hacia el norte donde lo imagino luchando con esos gigantes monstruos que vencerá sin duda. Mi adorado Don Quijote, deseo su escapúlenlo cuerpo lleno de armadura de más fina que se han hecho por estos lares, sus armas gruesas y fuertes que han vencido a los villanos más asquerosos de este mundo.
Me han comentado de su enemistad con el sabio encantador Freston que le ha traído graves problemas, déjeme decirle que me pesa de corazón, pero sé que pronto usted podrá derrotar a ese malvado que solo quiere su desgracia, del mismo modo, quiero agradecerle por enfrentarse ante sus enemigos por mí, imponiéndoles que confiesen que soy la doncella más hermosa de la emperatriz de la mancha, eso me cortega, no se imagina cuánto.
Mi fiel amante, consolador de los desprotegidos, me honras cada instante de mi vida con sus hazañas, su cuerpo robusto montado en ese caballo tan lleno de astucia como es Rocinante, dan un aspecto de salvadores de los más pobres y afligidos.
Señor, espero que pronto regrese de sus grandes aventuras a mi lado, las noches sin usted no son nada, su calor le hace falta a mi cuerpo.
Esperando más noticias de sus grandes hazañas se despide,
Su fiel admiradora:
Dulcinea del Toboso.