Sin agallas no hay gloria
De todos los momentos que en nuestras vidas podemos experimentar siempre podremos destacar aquellos que están cargados de la osadía por hacer y lograr lo propuesto; desde la conquista propia y ajena o hasta el valor que se necesite para decir un "NO" rotundo.
Las experiencias del presente, que más temprano que tarde se convertiran por consecuencia en experiencias del pasado, son las que nos nutren y nos preparan para las oportunidades del futuro y aunque muchas veces vienen disfrazadas de problemas, de crisis, de tormentas o incluso de personas dañinas debemos agradecer su existencia, usando un poco de sabiduría e inteligencia podemos usarlas para crecer.
La vida es atrevernos, es emprender, es correr riesgos necesarios, es llorar, es reir, es felicidad pura, es odiar hasta cansarnos. Es vivir los puntos extremos que nos llevan a los límites, es hacer lo que nos gusta, es amar a nuestros semejantes. Para mi un sinónimo de vivir es experimentar distintos momentos en la naturaleza. Es dormir a más de dos mil metros sobre el nivel de mar, con frío de 2ºC, con fuertes vientos, alejados de la tecnología que nos consume. En esa conexíon pura del ser humano para así encontrarnos a nosotros mismos.
Pero sabemos que la felicidad es real sólo cuando es compartida. Por eso, siempre que estoy en este transitar para encontrarme a mí mismo más allá de este plano espiritual trato de tener cerca a quienes merecen el amor infinito e incondicional del universo. Sin dejar a un lado al mejor amigo del hombre en situaciones de supervivencia, el fuego.
¡Sin agallas no hay gloria! Por eso sal, vive la aventura, atrévete a hacer algo distinto. Y por sobre todas las cosas nunca debes olvidar que debemos ser felices, el momento es ahora.
¡Gracias por leerme, nos vemos un próximo post!
Fotografías tomadas con una cámara CANNON SX40
Lugar: Parque Nacional El Avila, sector Lagunazo