Si bien es cierto que la generación de energía tiene como fin último mejorar la calidad de vida de la colectividad venezolana, las obras ambientales y sociales relacionadas con el uso y manejo de los recursos apuntan, además a beneficios concretos para la población en su totalidad. La inmensa riqueza en recursos naturales que ofrece esta porción de tierra del sur de América (Venezuela), junto a la complejidad de los patrones de vida, aunado al desarrollo creciente de interese económicos junto a milenarias tradiciones de una tierra excepcional, constituyen las variables que debemos tomar en cuenta todos como ciudadanos de esta tierra para emprender el camino hacia un desarrollo sustentable que solo lo proporciona el manejo de una gestión ambiental.
A partir de este instante de tiempo debemos entender que el éxito que tengan todos los factores involucrados en el uso, manejo y explotación de los recursos va a depender de la sana convivencia entre todos los actores que nos damos cita en este hermoso país llamado Venezuela.
Es necesario enmarcar dentro de los proyectos de explotación de los recursos naturales, programas que apliquen la conservación y uso racional de los recursos que nos proporciona la naturaleza, parte de la ecuación simple y natural de retribuir con ingenio y generosidad lo recibido, es por ello que las empresas deben de accionar y responder mediante esa ecuación.
Todas las empresas encargadas de aprovecharse de los recursos naturales, llámense hidrocarburos, recursos hídricos, madera, carbón entre otros, deben poseer un sentido de responsabilidad social que se desprende de su relevancia como actores principales del desarrollo socioeconómico del país.
Otro deber tan necesario como el de tener que cuidar y preservar nuestros recursos, radica en el hecho de tener que generar programas ambientales, sociales, culturales y de investigación, con el objetivo de enriquecer el patrimonio nacional en lo que a recursos naturales y belleza turística nos concierne.
En años anteriores, donde la Venezuela petrolera estaba en pleno apogeo, no se hablaba de la necesidad de una gestión ambiental aplicada a ese tipo de actividades, sin embargo al pasar los años junto con el desarrollo de otras actividades de explotación, nos vimos en la necesidad de mirar hacia otros horizontes, donde se ha tenido que evolucionar hacia una gestión ambiental aplicada a este tipo de actividades, apoyados siempre en la capacitación de profesionales como licenciados en gestión ambiental, aplicando tecnología, orientadas fundamentalmente al levantamiento y análisis de información básica ambiental.
Para poder diagnosticar si alguna actividad de explotación está generando un impacto ambiental negativo es necesario que realicemos modernos estudios de medición y empleemos modelos de simulación de variables ambientales, para de este modo poder alcanzar mayores grados de predicción en los pronósticos de ciertas variables sobre las cuales se sustentan las actividades de generación y transmisión de energía.
Reflexión Final
Para estos tiempos, donde la población venezolana demanda energía al igual que cualquier otra nación del mundo, es necesario plantearnos retos, los cuales se deben asumir a partir de un sector de la sociedad venezolana, como lo es el sector energético, donde exista un esfuerzo sostenido por parte de las empresas y la ciudadanía en general, para que de esta forma podamos concretar la aplicación de las normas de gestión ambiental como un proceso transversal en todas las actividades que involucren el manejo y explotación de recursos naturales, para su posterior transformación en otras formas de energía.
El otro gran reto a asumir es ofrecer obras que vayan de la mano con las actividades de generación de energía, pero que a su vez propicien el reencuentro del hombre con su historia, su cultura y la naturaleza que lo rodea, tocando siempre los estratos más íntimos de su cotidianidad y expansión intelectual.
Es por ello que esta publicación tiene por objeto reiterar el compromiso que tenemos todos con el ambiente y con el manejo racional de los recursos, donde todos somos participe, desde poblaciones rurales y urbanas, es decir todos estamos inmiscuidos en el asunto mientras nos encontremos en el radio de acción de la convivencia nacional venezolana.