A medida que la sociedad crece cada vez mas es mas común ver que aunque se encuentren algo lejos la confección de un verdadero robot automatizado que realice todas las labores domesticas, poco a poco los seres humanos nos convertimos en una especie de robot sin sentimientos.
De bebés todos somos tan cálidos, diciéndole a nuestro compañero de asiento en el metro lo que nos gusta comer al desayunar y nuestro programa favorito, pero quizás esas respuestas estereotipadas van formando el carácter frio y desinteresado en un mundo que nos e preocupa de los ideales de cada quien sino lo contrario, mas bien, los ideales colectivos para un bien común económico y laboral.
Deberíamos ser mas consientes y fomentar estos valores, sin temor a ser juzgados, quizás mas adelante se convierta en un nuevo habito que haga que la sociedad sea un lugar mejor.