El siglo XX fue una época de grandes avances tecnológicos en todas las áreas del saber humano. La música no escapó a esas innovaciones que se presentaban dentro de la sociedad moderna. Uno de los grandes inventos dentro del ámbito musical fue la creación del órgano electrónico, donde por medio de los principios del electromagnetismo y de la amplificación a través de altavoces individuales, se crea un instrumento capaz de reproducir timbres y sonidos que nunca antes había sido posible hacer. El primer prototipo de este instrumento musical fue el órgano Hammond, y fue creado por el inventor estadounidense Laurens Hammond (1895-1973), y fundó una empresa de tal magnitud, que sus producciones fueron desde 1935-1978, con una amplia variedad de modelos de órganos que impactaron al mundo musical de ese lapso de la historia.

El auge del órgano Hammond tuvo lugar en los años sesenta y setenta, sobresaliendo en diversos géneros musicales, tanto en el jazz, en el rock, como también en el soul, el gospel, el funk, el ska y la música ligera, con una gran cantidad de intérpretes en cada uno de esos estilos musicales, cabe destacar, que en Latinoamérica también brillaron grandes instrumentistas dedicados a este innovador órgano electrónico.

En el año 1991, la compañía japonesa Suzuki obtuvo el nombre de Hammond y a partir de ese momento, el órgano se comenzó a llamar Hammond-Suzuki. Con este nuevo nombre, se fabrican modelos del instrumento original usando sonidos sampleados del órgano modelo B3 original. En ese sentido, estos instrumentos son objeto de mucha competencia dentro del mercado, por los de otros fabricantes de sintetizadores y teclados como Casio, Roland, Korg, Clavia y Yamaha, entre otros. Sin embargo, en nuestros dias aún es posible conseguir nuevas versiones digitales del modelo B3; incluso existe la versión de lujo, y la versión portátil.

El órgano electrónico llegó a ser muy popular, empresas como Yamaha, Wurliztzer, Kwai, entre otros, constantemente actualizaban sus modelos que vendían en todo el mundo, con una gran aceptación. Actualmente pueden encontrarse, debido a su enorme costo, sobre todo, en paises como Estados Unidos, Francia y Alemania.

En cuanto al órgano Hammond, este siguió muy inmerso en el mercado y entre sus características principales, este instrumento está formado por un mueble de madera, cerrado o abierto con cuatro patas (modelo B3), de fachada elegante, con un conjunto de 25) o 32 de pedales para los sonidos del bajo, según el modelo. En la consola hay dos teclados de cinco octavas; encima de estos hay cuatro juegos de nueve drawbars o barras deslizantes que permiten añadir armónicas (generados mediante «ruedas fónicas» (tone wheels llamadas así en inglés) al sonido fundamental de cada nota.

Los modelos más actuales, preamplificados, cuentan con una corneta o altavoz por separado que únicamente produce los sonidos de los tiradores. Un elemento giratorio de "porexpan" gira delante de dicho altavoz impulsado con un pequeño motor de dos velocidades impartiendo el sonido por la sala donde se encuentra el instrumento, implantando un efecto único y característico. Este método de amplificación, llamado Leslie, es en gran parte garante de su característico timbre, pero no fue nunca vendido por Hammond, ya que Leslie y Hammond fueron (durante el período de más auge de la marca) empresas totalmente separadas, y rivales puesto que Laurens Hammond nunca fue partidario de la utilización de este tipo de altavoz.

En mayo de 1955 surgieron los modelos hoy denominados «clásicos» tales como B3, C3 y RT3, que expandieron su popularidad, siendo popularizadosdos por muchos tipos de músicos, principalmente por pianistas populares.

Como dijimos anteriormente, fueron muchos los estilos musicales e intérpretes de gran renombre de este tipo de instrumento, que aun en nuestros días impactan a cualquier auditorio.